Descubren en qué parte del cuerpo puede estar el origen del alzhéimer
Se baraja la hipótesis de que no sea solo una enfermedad y que proceda de una infección crónica con efectos en el cerebro a largo plazo.
Una enfermedad terrible y que afecta a millones de personas en todo el mundo con difícil solución es el alzhéimer. Existen numerosos estudios que apuntan hacia diferentes teorías sobre su origen y cómo intentar detenerlo. Una de ellas era que se debía a la acumulación de amiloide en el cerebro de los pacientes, pero las terapias frente a ello han fracasado.
La nueva hipótesis que está cogiendo fuerza es que no solo sea una enfermedad, sino que se trate de una infección crónica con síntomas que se manifiesten unos 20 años antes y con consecuencias y efectos en el cerebro a largo plazo. Y dentro de esta teoría, una de esas infecciones podría ser en la boca.
Según un estudio recogido en la revista científica Science Advances, el alzhéimer podría estar relacionado con la periodontitis crónica. La bacteria porphyromonas gingivalis estaba presente en el cerebro de los fallecidos por la enfermedad, y al provocar infecciones bucales en ratones mediante experimentos con este patógeno, se produjo el péptido beta amiloide.
Las claves del estudio y cómo afecta a nuevas investigaciones
El estudio, dirigido por Joan Potempa, microbiólogo en la Universidad de Louisville, supone un paso más del que poder partir para seguir investigando, ya que da pruebas de que pueda haber relación entre una infección y el alzhéimer. Las infecciones crónicas se presentan de manera más habitual a través de problemas en el tubo intestinal o en la boca, en este caso con periodontitis o caries.
No obstante, son hipótesis. Se sabe que una mala salud bucodental tiene consecuencias y que las personas que tienen periodontitis crónica tienen más riesgo de demencias, pero tampoco se puede asegurar que el hecho de no padecerla implique no desarrollar la enfermedad del alzhéimer. Lo que sí ayuda es a establecer mecanismos para poder explicar algunas infecciones y cómo pueden afectar al cerebro.
Muchas esperanzas en el inhibidor de la gingipaina
Los investigadores también hallaron unas enzimas tóxicas, las gingipainas segregadas por la bacteria en el cerebro de los enfermos, que producen unas lesiones muy similares al alzhéimer. Aunque también fueron encontradas en personas fallecidas y nunca diagnosticadas.
Se desarrolló un inhibidor de gingipaina. Sus ensayos clínicos comenzaron en 2019, y la sustancia era capaz de inhibir la gingipaina y las neuronas no solo no se dañaban, sino que se recuperaban. Sin embargo, poco después se ha sabido que el ensayo se ha vuelto a detener porque la sustancia podría tener efecto hepatotóxico.
Ha sido un retroceso a unos estudios que en teoría se estimaba que finalizarían entre 2021 y 2022. No obstante, no es algo cerrado, la investigación continúa con el objetivo de inhibir la toxina, y hay muchas esperanzas depositadas en este inhibidor de la gingipaina.
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