CORONAVIRUS

Fase final para la vacuna de Cuba

La vacuna cubana ‘Soberana 02’ entra en la fase III de los ensayos y podría convertirse en la primera vacuna latinoamericana en estar disponible.

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Fase final para la vacuna de Cuba

Una de las cinco vacunas que está desarrollando Cuba, la ‘Soberana 02’ ha entrado en la fase tres de los ensayos clínicos, lo que la convierte en la primera vacuna latinoamericana en llegar a este estadio. Esta fase tendrá una duración de tres meses y el país espera poder vacunar a sus 11 millones de habitantes este 2021.

La Fase III de la vacuna cubana arrancó el fin de semana pasado, donde participan 44.000 voluntarios, de entre 19 y 80 años, en un estudio que durará tres meses. Los participantes se dividirán en tres grupos: uno recibirá dos dosis de la vacuna con 28 días de diferencia, una dosis adicional será administrada a un segundo grupo y, por último, el tercer grupo recibirá placebo.

Eduardo Ojito, director general del Centro de Ingeniería Molecular explicaba en declaraciones recogidas por France24 que el país se estaba preparando para producir “entre un millón y dos millones” de dosis al mes en cada uno de los diferentes centros de producción. Esto les debería, según sus palabras, permitir vacunar a todos los habitantes de la isla en un tiempo de seis meses, aunque el tiempo podría alargarse si finalmente es necesaria una tercera dosis.

Una vacuna hecha con proteínas

La ‘Soberana 02’ es una de las cinco vacunas que está desarrollando Cuba. A ella se le suman la ‘Soberana 01’, en fase dos; ‘Abdala’; a punto de pasar a fase tres; ‘Mambisa’, fase 1 y ‘Soberana+’, destinada a los convalecientes de la enfermedad. Todas menos la vacuna en forma de spary ‘Mambisa’ se administran mediante un pinchazo y necesitan una temperatura de entre 2º y 8º grados para su conservación.

Según BBC, las vacunas funcionan de manera similar, con un tipo de antígeno que funciona en la zona de la espiga del virus, “la llave con la que el virus entra en la célula”. Se trata de una “vacuna conjugada”, es decir, un antígeno que se fusiona con una molécula portadora para reforzar su estabilidad. Es similar a la que utiliza la vacuna norteamericana Novavax.

Cuba tiene una amplia experiencia en producir vacunas desde que Estados Unidos comenzase su bloqueo comercial en 1962. Actualmente, un 80% de las vacunas que se administran a los niños son de producción local. La tecnología de esta vacuna ya ha sido utilizada en otras vacunas de la isla siendo para Andrés Vecino, médico de la Universidad de Johns Hopkins de Estados Unidos “una tecnología segura”, en declaraciones recogidas por la BBC.