La pérdida del olfato y del gusto por la COVID-19 puede durar hasta cinco meses
El 51% de los voluntarios del estudio que habían perdido el olfato seguían sin recuperarlo cinco meses después de haber sufrido la enfermedad.
La anosmia y la hiposmia, es decir, la pérdida del olfato y del gusto, respectivamente, fueron consideradas como dos de los posibles efectos secundarios provocados por la COVID-19 cuando el virus ya se había extendido por el mundo. Ahora, un estudio preliminar presentado en la 73ª reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología pone de manifiesto que esta pérdida puede durar hasta cinco meses.
En el estudio participaron 813 personas del ámbito sanitario que habían dado positivo en COVID-19 de las cuales 580 habían perdido el olfato mientras habían padecido la enfermedad. Cada persona rellenó un cuestionario online e hizo una prueba casera para calificar del 0 al 10 su sentido del olfato y del gusto.
El autor del estudio Johannes Frasnelli, de la Universidad de Quebec señalaba que investigaciones anteriores trataban la pérdida de los dos sentidos, pero en su estudio pretendían “ir más allá” para analizar “cuánto tiempo perdura esa pérdida del olfato y el gusto, y qué tan grave es en las personas con COVID-19".
Un 51% no ha recuperado el olfato y un 38% el gusto
En los resultados, se evidenció que la persona promedio no lograba recuperar el sentido del olfato de manera total. De las 580 personas que lo perdieron, un 51% de estas (297) no lo habían recuperado y un 17% (134) tuvieron una pérdida persistente cuando se autoevaluaron. De media, la calificación de su olfato bajó del 9 de 10 antes de la enfermedad a 7 de 10 después de haber superado el coronavirus.
Respecto al sentido del gusto, un total de 527 personas lo habían perdido cuando habían sufrido la enfermedad. De ellas, un 38% (200) aseguraba no haberlo recuperado. Asimismo, un 9% (73 personas) manifestaban haber perdido de manera persistente el gusto. En promedio, la evaluación del gusto descendió del 9 de 10 antes de padecer el virus a 8 de 10 después de superar la enfermedad.
Frasnelli aseguraba que los resultados "muestran que una alteración del sentido del olfato y el gusto puede persistir en varias personas con COVID-19” y añade: “Esto enfatiza la importancia de hacer un seguimiento de las personas que han sido infectadas y la necesidad de realizar más investigaciones para descubrir el alcance de los problemas neurológicos asociados con COVID-19".