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'Erasmus rural': una ayuda para encontrar oportunidades laborales en los pueblos

Este programa de prácticas laborales está destinado a estudiantes de últimos cursos, aunque en 2020 se extendió a los titulados universitarios.

Imagen de una casa rural cerca. EFE/Pedro Puente Hoyos/Archivo
EFE

Muchos jóvenes piensan que tendrán que vivir en una gran ciudad o marcharse de España si quieren encontrar trabajo cuando acaben la carrera. En cambio, la Universidad de Zaragoza y la Diputación Provincial impulsaron en 2018 un programa de prácticas, conocido como ‘Erasmus rural’, para demostrar que las oportunidades laborales también se encuentran en los pueblos.

Los cuarenta participantes de la edición del 2020, la más numerosa a pesar de la pandemia, no han tenido que coger ningún avión ni abandonar nuestro país para este particular ‘Erasmus’, que no se lleva a cabo en Roma o París, sino en los pueblos de la provincia de Zaragoza. “A mí me interesó mucho porque soy de Soria, y todo lo que es medio rural no me pilla de nuevas”, cuenta a Efe Jennifer Lafuente, recién graduada en Marketing. Tras una fantástica experiencia en 2019, el año pasado participó por segunda vez en estas prácticas.

Las puertas al mundo laboral se le han abierto en Lécera, un pueblo de la Comarca del Campo de Belchite que tiene algo más de 600 habitantes y donde se encuentra Bodegas Tempore. Tras tres meses de prácticas en los que convivió con los vecinos del municipio, Lafuente pasó a formar parte de la plantilla de la bodega, como apoyo al departamento de exportación y responsable de las acciones de marketing.

La directora de la empresa, Paula Yago, que fue también la tutora de prácticas, señala que este plan pionero es “un regalo para la situación del medio rural”. “En otros programas de prácticas la gente siempre va a elegir una empresa en una ciudad antes que irse fuera. Y a veces se pierden oportunidades profesionales muy interesantes, simplemente, por el hecho de no querer desplazarte o mirar al pueblo como si fuésemos de segunda; y aquí hay empresas muy punteras, igual que pueden estar en la ciudad”, defiende la gerente, quien fundó el negocio hace veinte años junto a su hermano y regresó de Zaragoza al pueblo.

También pueden participar los titulados universitarios

El programa en el que participó Jennifer se llama ‘Desafío’ y está dirigido a estudiantes de los últimos cursos. Cubre los costes de alojamiento, desplazamiento, manutención de 20 euros al día y una remuneración de 300 euros mensuales. Durante los tres años del ‘Erasmus rural’, un centenar de jóvenes han participado en esta modalidad.

Además, en 2020 la participación se extendió a los titulados universitarios, que pueden optar a una beca de hasta 380 euros de desplazamiento al mes y 600 euros de remuneración. La química Patricia de la Llana fue una de las participantes en esta nueva modalidad y trabaja ya en el lugar donde hizo las prácticas, la empresa de biotecnología CerTest Biotec, en San Mateo de Gállego.

Según relata esta zaragozana que reside en Cuarte de Huerva, el ‘Erasmus rural’ le pareció una oportunidad laboral y, al orientarse en la industria, ya tenía bastante claro que trabajaría fuera de la ciudad, con todas las ventajas que eso conlleva. “Agradezco el descanso en el comedor con vistas al monte, lo prefiero a estar rodeada de ruido y edificios”, añade la química, encargada en el laboratorio del proceso de purificación de sondas y ‘primers’ para la detección mediante PCR de patógenos, en su mayoría para el coronavirus.

Interés de otras Administraciones

El técnico del Área de Asistencia y Modernización Local de la Diputación Provincial de Zaragoza, Luis Alfonso Castellano, explica que el programa ha ido evolucionando desde un proyecto piloto en 2019 que llegó a 13 alumnos con 9.000 euros, hasta la edición de 2020, financiada con 100.000 euros para 25 becarios en la modalidad ‘Desafío’ y 16 graduados que participaron en el programa ‘Arraigo’. Para el año que viene, esta iniciativa volverá a contar con 100.000 euros para hacer prácticas en la provincia de Zaragoza, mientras que otras Comunidades e instituciones, como el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Teruel, han mostrado ya su interés por replicarla.

Castellano considera que lo que más valoran los universitarios es la autonomía y la responsabilidad que conlleva trasladarse o residir en un entorno diferente, mientras que para las entidades que les acogen supone un “soplo de aire fresco” para el pueblo.