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La Policía atribuye la explosión en Madrid a una fuga de gas fuera del edificio

Se descarta la manipulación de la caldera del innmueble de la calle Toledo como causa de la explosión que acabó con la vida de cuatro personas.

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La Policía atribuye la explosión en Madrid a una fuga de gas fuera del edificio
Mariscal EFE

Tres semanas después de la explosión en un edificio parroquial de la capital madrileña, la policía ya tiene un primera conclusión. Una fuga de gas fue la causa de la explosión que tuvo lugar en la calle Toledo el pasado 20 de enero. Algo que todo el mundo tenía ya en cuenta, aunque, lo más reseñable de esta investigación es que la fuga de gas que ocasionó el estallido se dio en el exterior del edificio.

Por ello, tal y como indicaron fuentes de la investigación a El País, la responsabilidad cae, a priori, en la empresa Naturgy. Se trata de la distribuidora del servicio de gas natural en la zona centro de La Latina, donde se produjo la explosión que causó cuatro fallecidos. La empresa solo se hace responsable del as tuberías que llegan hasta la entrada del inmueble donde tuvo lugar el accidente. Lo cierto es que la comercializadora del servicio, así como la empresa instaladora de las calderas (siete en total), son otras compañías distintas.

Finalmente, la investigación esclareció que el motivo de la explosión del pasado 20 de enero fue consecuencia de un escape de gas, provocado por la rotura de una de las tuberías del exterior del inmueble. Además, según informaron fuentes policiales, durante la investigación también se descubrió un socavón por agua bajo el edificio, con lo que el Canal de Isabel II también se vería implicado en el terrible accidente con parte de responsabilidad.

Se descarta la manipulación de la caldera

Con esto, se descarta la hipótesis de la manipulación de la caldera por alguna persona en el momento de la explosión, motivo que se manejó en un primer momento. De hecho, fue Gabriel Benedicto, párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma, quien aseguró que, el día de la explosión, ni el sacerdote ni el electricista -ambos fallecidos en la deflagración- manipularon la caldera “en ningún momento” al notar el olor a gas minutos antes de la explosión. “No les dio tiempo a reaccionar”, explicaba, tal y como recoge La Vanguardia.

"Como párroco, y a la luz de las informaciones, testimonios internos y datos de los que hasta el momento disponemos, lo que os puedo decir es que todo lo ocurrido se produjo en un lapso tan breve que no nos dio tiempo ni siquiera a ser conscientes de lo que estaba pasando", añadía. “Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor", concluía el párroco.