Gripe porcina: la pandemia de 2009 que puede volver
Recientemente se han detectado casos de gripe porcina que han activado las alarmas en el mundo científico por la posible llegada de otra pandemia.
Antes de la COVID-19, la humanidad se ha enfrentado a varias pandemias que pudieron ser erradicadas o controladas con vacunas y medicamentos. La última de ellas fue la gripe porcina, causada por el virus H1N1, que contraen los cerdos. Es extraño que infecte a las personas, pero en enero 2009 comenzaron a detectarse algunos casos en cerdos de una pequeña región del centro de México. En marzo, se informaron los primeros casos en California y Texas. En junio, el virus se había expandido a 74 países de todo el mundo.
Un año después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de una pandemia que dejaba entre 151.700 y 575.400 víctimas mortales. Esto se consiguió gracias a la vacunación global, liderada por Estados Unidos. Sin embargo, aunque la pandemia se erradicara, no se logró acabar con el virus, que permanece con nosotros. Todavía circula como una gripe estacional causando infecciones, hospitalizaciones y muertes.
El hecho de que siga existiendo mantiene el peligro de que el virus se descontrole y provoque una nueva pandemia. Tras analizar la muestra de más de 18.000 cerdos individuales pertenecientes a 2.500 granjas porcinas europeas, los científicos descubrieron que los virus de la influenza A, aquellos que pueden convertirse en virus pandémicos humanos, estaban presentes en más del 50% de las granjas, particularmente en áreas de intensa producción porcina, incluidas Dinamarca, Bretaña, el noroeste de Alemania y los Países Bajos. Por ello, consideran importante analizar los virus antes con el fin de conocer su comportamiento y poder pararlos antes de que causen una nueva crisis sanitaria.
Los componentes básicos de una pandemia
Hasta ahora, el equipo de científicos que ha realizado el muestreo de los cerdos, liderado por el científico Martin Beer, ha encontrado cuatro virus de influenza circulando que ya tienen algunos de los que ellos llaman los “bloques de construcción” de una pandemia. Se trata de virus que pueden infectar a los humanos, tienen la capacidad de propagarse y para los que no existen vacunas. Por el momento, ninguno posee todos los componentes necesarios, pero, si logran adaptarse, el peligro de una nueva pandemia sería elevado. Además, la permanencia del virus en los cerdos aumenta con el tiempo.
“Nuestra primera sorpresa en este programa de vigilancia es que alrededor del 30% de los cerdos dieron positivo al virus de la influenza A. Esto es mucho”, explica en la BBC el experto, que participó en la creación de vacunas contra la gripe porcina en 2009 y ahora es director del Instituto de Virología Diagnóstica. Asimismo, hay “muchos cerdos altamente susceptibles” de infectarse, más de 257 millones al año, porque en Europa se sacrifican a los seis meses, sin que les dé tiempo a desarrollar anticuerpos.
Por otra parte, Europa es menos propensa a estas infecciones por los buenos sistemas de salud que tienen muchos de sus países, la presencia de algunos de los científicos más importantes y su clima templado. No obstante, la necesidad de elaborar más carne de cerdo en un menor periodo de tiempo está creando nuevas enfermedades. “En 1995, una explotación porcina que tenía 200 cerdos era una excepción. Ahora tenemos explotaciones con 2.000 y 20.000 cerdos. Es un gran aumento en el tamaño de la explotación. Esto es algo que cambia la epidemiología de los virus de la influenza”, especifica Timm Harder, director del Laboratorio de Referencia de Influenza Animal en FLI y coautor del informe de vigilancia.
Como consecuencia, si hace 20 años era fácil disipar el virus que se detectara en una pequeña granja, ahora es muy diferente, según señala Harder: “En una gran explotación hay cientos de lechones recién nacidos todos los días. Un virus de la influenza, una vez introducido, se perpetúa constantemente. Lo encontrará durante años, durante todo el año”. “Es un campo de juego muy agradable para los virus”, añade.
Convivencia con otros virus
Afortunadamente, si una persona saludable contra el H1N1, probablemente solo sienta algunos síntomas leves de gripe que desaparecerán en un par de semanas. Lo malo es que los virus de la influenza pueden saltar de una especie a otra y mezclarse con otros tipos de influenza. Es esta convivencia de virus lo que alarma a la comunidad científica porque puede crear situaciones como la que estamos viviendo con la COVID-19. Y los cerdos son un huésped perfecto para que esos virus se mezclen.
“Sabemos que los cerdos no suelen ser los creadores del virus, pero que actúan como una placa de Petri, mezclando influenzas de humanos, aves y quizás otras especies y luego creando brebajes más letales que pueden propagarse a otras especies”, explica Nicola Lewis, colaboradora del proyecto de muestreo de Europa y profesora de biología evolutiva en el Royal Veterinary College del Reino Unido. De hecho, señala que la existencia de tantas cepas de gripe entre los cerdos europeos se debe a que los humanos infectamos a estos animales con nuestra propia gripe.
Programa obligatorio de vigilancia
El trabajo de muestreo y vigilancia realizado por el equipo de Beer ha permitido identificar numerosos virus de la gripe porcina, detallando sus propiedades biológicas y genéticas, algo que podría ayudar a la creación de vacunas o medicamentos para combatirlos. “Puede que no sea suficiente para prevenir la próxima pandemia”, dice Beer, “pero sí podría ayudarnos a crear y difundir una vacuna mucho más rápidamente de lo que es posible actualmente”.
No obstante, considera que hay que dar un paso más e introducir un programa de vigilancia obligatorio: “Necesitamos una vigilancia continua, observando el desarrollo de las diferentes cepas para ayudarnos a hacer algunas predicciones”. Por ejemplo, en el caso de la gripe aviar, los agricultores están obligados legalmente a informar al Gobierno sobre cualquier posible enfermedad.
También podría ser clave transformar el sistema alimentario, cambiar la forma en la que se cría a los cerdos y se interactúa con el ganado. La estrategia 'Farm to Fork' del Green Deal europeo ha tratado de crear grupos de cerdos más pequeños que se crían en entornos más verdes. Y este es el camino a seguir, subrayan los expertos. No obstante, hay numerosas incógnitas sobre los diversos virus y los científicos tienen un arduo trabajo de investigación por delante.