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La importancia de desconectar los enchufes que no se usan

El 'consumo fantasma' supone un gasto en electricidad cercano al 10%, por lo que es aconsejable desenchufar los aparatos cuando no se estén utilizando.

La importancia de desconectar los enchufes que no se usan
ANDREW KELLY REUTERS

Los aparatos eléctricos que permanecen enchufados aunque no los usemos suponen, de media, casi un 10% del consumo mensual eléctrico en cada hogar. Es lo que se llama el “consumo fantasma”. Por ejemplo, dejar la tele preparada para encenderla desde el mando o enchufar una lámpara durante todo el día para no tener que hacer nada más que darle a un botón son casos que se incluyen dentro de este tipo de gasto.

La explicación es sencilla. Gran parte de estos aparatos cuentan con una especie de piloto de luz o con un temporizador que consume electricidad. Por ello, tomar el hábito de desenchufarlos cuando no vayan a ser usados conllevará una rebaja considerable en la factura de la luz cada mes.

Mantener los dispositivos enchufados, además del gasto que entraña, reduce la vida útil de cada aparato, es decir, el tiempo estimado en el que el instrumento cumplirá la función para la que fue creado. Esto se debe a que al permanecer conectados a la luz, la placa sigue recibiendo energía constante hasta el punto de poder sufrir un calentamiento extremo.

Soluciones para evitar el “consumo fantasma”

La solución más fácil es ser conocedores del problema que supone y habituarse a desconectar la tecnología que no vayamos a utilizar. Sin embargo, hay otras formas de solventar el problema, como utilizar regletas con un interruptor que se pueda apagar cuando dejemos de hacer uso de los aparatos.

Otra forma algo más complicada es instalar un temporizador en dispositivos como televisores u ordenadores para que se desconecten por completo en aquellas horas donde no vayan a ser utilizados.

Por último, en medio de una revolución tecnológica constante, el ahorro en el consumo se ha convertido en un valor añadido en la fabricación de nuevos productos. Por tanto, la última solución posible es adquirir únicamente aparatos que incluyan maneras de evitar este “consumo fantasma”.