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Los insectos pierden su capacidad voladora por el viento, tal cómo ya dijo Darwin

En unas pequeñas islas entre la Antártida y Australia, los investigadores han observado que algunos insectos han perdido sus alas ante la imposibilidad de vuelo.

Los insectos pierden su capacidad voladora por el viento, tal cómo ya dijo Darwin

Hace ya más 160 años, Charles Darwin publicó una de sus teorías que se basaba en que algún día, algunos insectos dejarían de volar. Muchos de sus colegas rechazaron sus ideas, pero ahora son los investigadores australianos los que la confirman.

En unas pequeñas islas situadas entre la Antártida y Australia, ocurre lo que Darwin predijo. Las moscas caminan y las polillas se arrastran por el suelo, tal y como nos cuenta el diario ABC quien ha hablado con algunos de los expertos en la materia.

Varias especies de insectos dejan de volar

Pero este fenómeno no solo ocurre con las moscas y las polillas, sino que también es común en otros insectos de las islas. Poco a poco, han ido perdiendo su capacidad de volar: “Casi la mitad (el 47%) de las especies de insectos de las islas del Océano Austral han perdido la capacidad de volar. Esto incluye especies de muchos grupos taxonómicos diferentes, incluidos escarabajos, polillas, moscas y avispas”, explica Rachel Leihy, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Monash, al ABC.

El caso que cuenta ABC se centra en 28 islas del Océano Austral y cinco islas del Ártico. En cuanto a las primeras, la isla Marión y la isla Heard tienen un significativo número de insectos no voladores en comparación con el resto de islas.

Pérdida de las alas

Algunas especies no voladoras han perdido por completo sus alas. Sin embargo, muchas todavía las conservan. Son muy cortas y no pueden usarse para volar. Otras tienen alas de tamaño completo, pero músculos de vuelo reducidos”, añade la experta quien ha publicado un estudio sobre el tema en la revista 'Proceedings of the Royal Society B'.

El causante: el viento

El alto viento de las islas dificultan el vuelo a los insectos, lo que hace que las especies dejen de intentar volar y utilicen sus recursos en la reproducción: “Los que quedan en tierra para producir la próxima generación son más reacios al despegue y la evolución hace el resto”, añade Rachel.

“Probamos todas las hipótesis alternativas para el Océano Austral y descubrimos que la velocidad del viento es el mejor indicador del número de especies de insectos no voladores en estas islas. Es extraordinario que después de 160 años, las ideas de Darwin continúen aportando conocimientos a la ecología”, concluye Leihy para el ABC.