La llegada de una vacuna contra la COVID-19 parece cada vez más cercana, pero todavía sigue habiendo muchas incógnitas. El Dr. Jaime Jesús Pérez, vocal de coordinación con Sociedades Científicas de la Asociación Española de Vacunología, ha atendido al Diario AS para intentar resolver algunas de esas dudas y hablar sobre este tema que puede ser clave para acabar con la pandemia.

- ¿Qué sensaciones le deja las noticias que están saliendo sobre la eficacia de varias vacunas que se están desarrollando por diferentes farmacéuticas?

- Ha habido tres noticias en muy poco tiempo y las tres son positivas. Nos faltan cosas por saber y son comunicados de prensa que han remitido las compañías, no son las agencias del medicamento, que te dan fiabilidad en los datos. Pero, en principio, tanto Pfizer como Moderna son compañías de mucho prestigio y da la sensación de que no van a jugar con un tema que en muy poco tiempo van a tener que pasar a agencias del medicamento y les someterán a un escrutinio. Por eso, creo que los datos son reales y muy positivos. 

- ¿La llegada de una vacuna puede ser el golpe definitivo para acabar con la pandemia o habrá que seguir con muchas precauciones?

- Eficacias de alrededor del 95% en una vacuna son eficacias muy altas y te pueden cambiar un panorama. ¿Acabará la pandemia? Pues probablemente no, pero pasaremos a un escenario de control de la enfermedad. No quiere decir que el virus vaya a desaparecer, pero sí podremos pasar a un escenario diferente donde todos los estragos que está causando esta pandemia queden reducidos.

- En la de Pfizer, ¿uno de los mayores contratiempos puede estar en la temperatura a la que se tiene que conservar?

- Esto es como cuando vamos a comer a un restaurante de nueva cocina, son cantidades pequeñas y tienes que comer todo para no quedarte con hambre. Aquí no vamos a poder elegir, lo que nos llegue y que estén autorizadas. Para eso, una vacuna va a ser siempre eficaz y segura. A lo mejor dentro de un año tenemos la posibilidad de elegir, pero ahora lo que queremos y es más importante es tener dosis porque la diferencia entre la eficacia de una y otra es muy pequeña. Si se demuestra que la de Pfizer es segura y eficaz, la logística se adaptará para que se pueda conservar.

Si llega la de Moderna nos adaptaremos a su logística y si llega la de Pfizer, igual. Al final, somos un país que tiene medios y las de Pfizer vienen en 'cajas-termo', podríamos decir. Cambiándoles las dosis en seco cada cinco días, las puedes conservar durante 15 días. Tenemos capacidad para hacer eso y antes de que se acabe ese plazo tener todas las vacunas administradas, que es la clave.

- Otra buena noticia es que la de Johnson & Johnson comenzará los ensayos clínicos en fase 3 en España...

- Es una buena noticia, lo que pasa que lleva su tiempo. Para que nos hagamos una idea, las otras dos de las que estamos hablando comenzaron sus ensayos clínicos en fase 3 a finales de junio. Han tardado casi cuatro meses en tener datos. Está claro que para 2021 tendremos una señal importante en cuanto a número de vacunas, si se van confirmando los datos.

- ¿Es buena esa competencia que estamos viendo en la carrera por lograr la vacuna?

- La competencia siempre es buena, estamos hablando de plazos cortísimos. Sin embargo, esto es una carrera contra la pandemia para poder empezar a paliar esto.

- ¿Vería fiable que llegara alguna vacuna a España para principios o primavera de 2021, como ha anunciado Sanidad?

- Ojalá. Todas las administraciones estamos trabajando para lograrlo lo antes posible. Esas son fechas ambiciosas, pero jamás nos habíamos enfrentado a un problema de salud pública de esta magnitud con el nivel científico-técnico que se tiene en este momento. Las cosas que hasta ayer eran imposibles, hoy parecen fáciles. Yo, personalmente, pienso que puede ser arriesgado hablar de esas fechas, pero tengo cierta confianza en que eso pueda ocurrir.

- ¿A quién se debería vacunar primero?

A las personas que más están sufriendo esto: las que están en residencias de mayores, que registran un porcentaje importante de defunciones.

- ¿Entiende a las personas que no quieren vacunarse con las primeras vacunas por miedo?

- El miedo a lo desconocido es una cosa que llevamos consigo la especie humana. Para ello, habría que volcarse en informar a la población para que ese miedo a lo desconocido no exista. No obstante, hay que decir a la gente que no se ha dado ningún salto en el tiempo y no ha habido nada que se haya dejado de hacer por muy rápido que se puedan sacar. Los ensayos clínicos se han hecho como se hace habitualmente, pero con una gran inversión en recursos y más rápido, sin 'tiempos muertos' entre una fase y otra... Estamos en una situación donde lo importante es conseguir protección. También hay que resaltar que hay siempre un porcentaje de la población que es más reticente a las vacunas y otras medidas, pero lo acabarán demandando, si todo va bien. 

Pfizer, por ejemplo, ha anunciado que van a desarrollar 50 millones de dosis al principio y eso no se habría hecho nunca sin la autorización. Pero, se ha invertido mucho porque lo que máximo que se puede perder es dinero, que en esta situación tan especial no es lo más importante.

- Saber si se desarrolla inmunidad en los pacientes que han pasado la COVID-19 y cuánto tiempo es fundamental para la vacuna, ¿no?

- Hay enfermedades que desarrollan mejor inmunidad que la vacunación, como el sarampión. Después hay vacunas que protegen mejor frente a la enfermedad que la propia enfermedad, como el tétanos, meningitis... Las consecuencias de pasar estas enfermedades son peores. Aquí no sabemos todavía como se va a comportar, aunque tampoco parece que sea común la reinfección. Y si la hay, en estas enfermedades suele pasarse con síntomas más leves que la enfermedad original. El tiempo nos permitirá tener más herramientas y conocimientos para combatir el virus...

- ¿Qué respuesta está teniendo la campaña de vacunación de la gripe, teniendo en cuenta en el contexto que estamos?

- La demanda está siendo tremenda. España ha comprado el 50% más de dosis de las que suele comprar y, a pesar de esto, no se ha podido satisfacer toda la demanda.