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Un colegio de Francia prohíbe lanzar a los niños por la verja cuando lleguen tarde

La escuela, situada en la localidad de Avignon, se ha visto obligado a actuar ante un comportamiento que se había convertido en habitual en algunos padres.

Un colegio de Francia prohíbe lanzar a los niños por la verja cuando lleguen tarde

Las prisas que en muchas ocasiones acompañan a los ciudadanos en su vida diaria puede provocar situaciones que resultan sorprendentes. El estrés matutino cuando hay niños de por medio es aún mayor cuando el reloj aprieta y hay que llevarles al colegio. Y no siempre logra hacerse a tiempo. Esta situación ha causado que en Francia hayan decidido advertir a los padres sobre una curiosa práctica que se ha extendido.

En concreto, la medida ha sido aplicada en un colegio de la localidad de Avignon, donde se ha convertido en habitual que algunos padres lancen a sus hijos a través de una verja para que no pierdan las clases cuando llegan tarde. Ante esta conducta, los responsables de la escuela, llamada Trillades, se han visto obligados a colocar carteles para pedir que estos actos no se produzcan ante el peligro que puede suponer para los pequeños.

“Los padres que llegan después de que suene el timbre tiran a sus hijos, literalmente", explicó la directora del colegio, Sanna Meziane, en el medio británico The Times. El centro educativo cierra sus puertas a las 8:30 horas y, según relata, Meziane, está práctica se produce a menudo cuando los niños llegan tarde.

Carteles en la escuela

Por ello, los padres de los alumnos de esta escuela se encuentran ahora a su llegada con carteles que señalan que debe evitarse este tipo de comportamientos. “No lances a los niños por la verja”, señala uno de ellos directamente. “Cuando llegues tarde, vuelve a las 10:00 o a las 15:00 horas", apunta otro de los carteles.

Con estos mensajes el colegio pretende poner fin a este fenómeno a la vez que incentiva a los progenitores para que sean más previsores y no lleven tarde a sus hijos, sobre todo ante el riesgo que puede suponer lanzarles por encima de una verja de más de dos metros de altura para que acudan a clase.