El hiperinmune Fermín: su plasma es oro y salva vidas
La sangre de pacientes que ya han superado el coronavirus podría ser útil para superar la enfermedad según varias investigaciones.
La sangre de las personas que han superado el coronavirus sería útil para tratar la enfermedad en los pacientes con problemas para generar anticuerpos, tal y como demuestran varios estudios que venían realizándose en España desde el mes de abril que se ven avalados por la recuperación “sorprendente” de varios pacientes de riesgo.
Es el caso, por ejemplo, de Vicente Reus, un paciente de 67 años, en tratamiento por tener un linfoma de Hodgkin, contrajo el coronavirus en el mes de marzo y padeció los principales síntomas de la enfermedad: fiebre alta, problemas respiratorios y dolores musculares. Mientras avanzaba la enfermedad, los médicos advirtieron que su sistema inmune era incapaz de generar anticuerpos contra la COVID-19 porque eran incompatibles con los que se le suministraban para tratar el tumor.
Tras dos semanas hospitalizado, el doctor Marcial Delgado, especialista en Medicina Interna del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional de Málaga, ofreció al paciente la posibilidad de transfundirle sangre de un paciente que ya hubiera superado la enfermedad y generado anticuerpos contra ella.
Reus, en vistas de que cada día que pasaba empeoraba su situación, aceptó el tratamiento sugerido por el doctor. Sufrió un día de fiebre pero, a los pocos días, un test diagnóstico mostró que los anticuerpos que se le habían administrado acabaron con la enfermedad.
“Doy gracias a ese donante anónimo. Parte de su sangre me salvó de morir. Poco a poco fui superando mis síntomas y no he vuelto a dar positivo por la COVID-19. Ojalá todos los españoles que han superado la enfermedad donasen su sangre”, ha expresado Reus.
En la misma línea se dirigió el tratamiento de dos hermanos que, por problemas en su sistema inmunitario, no generan anticuerpos desde su nacimiento. El doctor Delgado, que ya había empleado este tratamiento con Reus, transfundió la sangre de un donante a ambos y los dos consiguieron vencer al virus.
Investigaciones desde abril
“Este tratamiento es muy antiguo. Ya se utilizó durante la gripe de 1918. Lo ideal es ponerlo al principio de la enfermedad a personas hipertensas, obesas o inmunodeprimidas con las que haya sospechas de que su enfermedad sea grave”, explica Salvador Oyonarte, director gerente de la Red Andaluza de Medicina Transfusional, Tejidos y Células.
El Instituto de Salud Carlos III financió un estudio similar en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. La investigación, que se detuvo con la disminución de contagios producida durante los meses de verano, se ha vuelto a retomar con la segunda ola. De 81 pacientes se trató con plasma a 38 y en ninguno de ellos empeoró el cuadro.
Sin embargo, la comunidad científica no ha emitido ningún veredicto definitivo con este tratamiento. No obstante, países como España o Reino Unido lo están empleando cada vez con más frecuencia.
Donantes
Los científicos estiman que entre un 70% y un 80% de los pacientes que han padecido el coronavirus podrían ser donantes de sangre. Para ello, el índice de anticuerpos ha de estar por encima de la media.
El caso de Fermín Cabanillas es especial. Según su médico del Centro de Transfusiones de Sevilla triplicaba los anticuerpos habituales tras superar la enfermedad. Por ello, Fermín, que pasó la COVID-19 en el mes de agosto, donará el próximo 11 de noviembre su sangre por tercera vez. En teoría, esta sería la última donación al cumplir un ciclo completo, pero la cantidad de anticuerpos en su organismo es tan grande que los médicos le han pedido que done otras tres veces más.
“Si gracias a mi sangre se pueden salvar vidas, que me saquen toda la que sea necesaria. La donación es muy sencilla. A mí me daban fobia las agujas, pero el fin justifica los medios”, comenta Cabanillas.