Zambia, cerca de ser el primer país en bancarrota por la pandemia
El país del sur de África dejó de pagar más de 40 millones en eurobonos y ahora dispone de 30 días para solucionarlo antes de pasar a estar en quiebra.
La crisis provocada a causa del coronavirus ha está afectando, especialmente, a las economías más castigadas del mundo. Los parones en la producción demás consecuencias del virus han hecho que Zambia no pudiera pagar recientemente un cupón de 42,5 millones de dólares en eurobonos, algo que le acerca a ser el primer país en bancarrota, según asegura una fuente conocedora del caso a la agencia Bloomberg.
El pasado 13 de octubre, el país del sur de África ya advirtió de que no podrían cumplir con sus obligaciones de deuda externa a menos que los acreedores aliviaran la presión, mientras se buscan fórmulas para reestructurar los préstamos. En la próxima semana, los tenedores de eurobonos votarán sobre la petición del país de un aplazamiento en el pago de los intereses durante seis meses sobre sus 3.000 millones de dólares en estos bonos.
Ahora Zambia cuenta con 30 días antes de que técnicamente pasen a estar en bancarrota. Recientemente, el secretario del Tesoso, Fredson Yamba, aseguraba que sin la ayuda de los acreedores comerciales "la República, con su espacio fiscal limitado, no podrá realizar los pagos y, por tanto, no podrá evitar la acumulación de atrasos".
Negativa por parte de los acreedores
Una parte de los acreedores del país ya ha mostrado de negativa a la suspensión en el pago de intereses, alegando que no todos reciben el mismo trato. Los tenedores de bonos en dólares estadounidenses se quejan de que Zambia no ha dado la una información suficiente sobre los préstamos de China, a la vez que muestran su preocupación sobre los planes del país para controlar las finanzas públicas.
"Dos grandes preocupaciones que tenemos son la falta de claridad sobre qué alivio de la deuda están obteniendo de otros acreedores y la falta de un marco fiscal a mediano plazo para volver a poner la deuda en un camino sostenible", asegura Kevin Daly, director de inversiones de Aberdeen Standard Investmens, a Financial Times.