Un satélite y un cohete pueden chocar de manera inminente
La colisión podría producirse la próxima madrugada. Los expertos señalan que no supone un peligro para la Tierra y que se formarían miles de fragmentos de basura espacial.
El servicio de rastreo de basura espacial LeoLabs ha informado de la posible colisión que podría producirse en la noche de este jueves entre un antiguo cohete chino y un satélite militar ruso que se encuentra fuera de control. Este organismo calcula que ambos objetos quedaran situados el uno del otro a unos escasos 12 metros de distancia sobre las 1:56 horas de la próxima madrugada.
Según ha advertido LeoLabs, este encuentro podría finalizar con un choque entre el cohete y el satélite. En concreto, esta institución sitúa en más de 10% la probabilidad de que se produzca un choque sobre el mar de Weddell, en las inmediaciones de la Península Antártica, a una altitud de 991 kilómetros.
Ambos cuerpos alcanzan una masa combinada de 2.800 kilogramos y se encuentran viajando a una velocidad de 14,7 kilómetros por segundo. Según apuntan los expertos, una colisión entre los dos provocaría que se formasen miles de nuevos fragmentos de basura espacial que acabaría finalmente desintegrada en la atmósfera, aunque antes de este desenlace podrían poner en riesgo a otros objetos que se encuentran en el espacio.
El astrónomo Jonathan McDowell identificó el origen de estas naves. Se trata del satélite de navegación ruso Parus, que fue lanzado al espacio el 22 de febrero de 1989, y de una etapa del cohete chino Long March 4B que ha estado a la deriva desde 2009 y que fue puesto en órbita el 10 de mayo de 1999.
No suponen un peligro para la Tierra
Los expertos que están siguiendo de cerca este fenómeno subrayan que posible colisión entre el cohete y el satélite no supone un peligro para la Tierra, a pesar de que puede ser “una de las peores colisiones accidentales que hemos visto desde hace tiempo”, según explica Alice Gorman, arqueóloga espacial de la Universidad Flinders de Australia.
“Todavía no podemos eliminar de forma activa escombros espaciales como estos, así que estarán presentes un tiempo. No obstante, a una altitud de unos 1.000 kilómetros, este material no entrará por entero en la atmósfera en cuestión de semanas o meses, por lo que seguramente permanezca bastante tiempo”, afirma Alice Gorman en la revista científica Science Alert.