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CORONAVIRUS

La 'niebla mental', una preocupante consecuencia de la COVID-19

Las principales teorías sobre su causa son la respuesta inmunitaria del organismo ante el virus o “una inflamación de los vasos sanguíneos que van al cerebro”.

La 'niebla mental', una preocupante consecuencia de la COVID-19
Vitadelia

 Cada día surgen nuevos hallazgos sobre la COVID-19 y sus secuelas. Uno de los efectos secundarios que más están preocupando ahora a los expertos es la llamada “niebla mental”, que produce “síntomas cognitivos preocupantes que pueden incluir la pérdida de memoria, confusión, dificultad para concentrarse, mareos y dificultad para comprender palabras cotidianas”, según explica The New York Times. También señala que cada vez más aquellos que logran superar el virus señalan las dificultades para trabajar y rendir al 100%.

El diario estadounidense ha recopilado testimonios de pacientes que contrajeron la enfermedad y de expertos que ayudan a comprobar estos “síntomas cognitivos preocupantes” que pueden presentar las personas que superan el coronavirus. Michael Reagen se contagió en marzo y, al recuperarse, perdió todos los recuerdos del viaje a París que había realizado semanas antes de enfermar. Por su parte, Liza Mizelle, enfermera, olvidó la terminología médica que usaba habitualmente: “Siento que tengo demencia”, manifestó. A su vez, dijo que cada vez que sale de ver a un paciente “no recuerda lo que le acaban de decir”. También Erica Taylor se volvió despistada y olvidadiza cuando se recuperó del coronavirus. No era capaz ni de reconocer su propio coche, el único Toyota Prius de estacionamiento de su complejo de apartamentos.

Dos teorías

Igor Koralnik, director de enfermedades neuroinfecciosas en el centro médico de Northwestern Medicine en Chicago, cuenta que ha atendido a cientos de supervivientes de la COVID-19 y que ya “hay miles de personas que la padecen”. Además, añade la enorme repercusión que va a tener esta patología en el ámbito laboral.

Pese a que se está convirtiendo en una secuela muy común, todavía no hay indicios de por qué se produce y las resonancias magnéticas realizadas no mostraron que hubiera daños cerebrales. Hasta el momento hay dos teorías que son las más aceptadas. Según la primera, se daría cuando no se detiene la respuesta inmunitaria del organismo frente al virus, aun cuando el cuerpo ya se recuperó. La segunda sostiene que se debe a “una inflamación de los vasos sanguíneos que van al cerebro”.

Otras posibles causas pueden ser las reacciones autoinmunes “cuando los anticuerpos atacan por error a las células nerviosas”, explicó Serena Spudich, directora del departamento de infecciones neurológicas y neurología global de la Escuela de Medicina de Yale.

No obstante, las investigaciones acerca de la “niebla mental” apenas están comenzando. Un informe francés publicado en agosto sobre 120 pacientes que habían sido hospitalizados reveló que el 34% tenía pérdida de memoria y el 27% sufría problemas de concentración meses después. A su vez, The New York Times cita a una encuesta realizada por Survivor Corps, que se publicará próximamente, en la cual el 50% de los consultados, casi 4.000 persona, afirmó haber tenido dificultades para concentrarse después de contraer la enfermedad.