CORONAVIRUS

Mucha preocupación en EE UU por los serios efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca

Los ensayos de la vacuna en Estados Unidos permanecen paralizados a expensas de recabar más información sobre el incidente en Reino Unido.

Mucha preocupación en EE UU por los serios efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca
VINCENZO PINTO AFP

Las instituciones de salud estadounidenses están preocupadas por los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna de AstraZeneca al haberse detectado daños padecidos en la médula espinal de un paciente al que le fue administrada la vacuna voluntariamente como parte de su fase de pruebas.

“Los niveles más altos del Instituto Nacional de Salud estadounidense están muy preocupados”, según comenta la doctora Avindra Nath, líder de la investigación viral en el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.

La semana pasada se paralizaron las pruebas con la vacuna producida por la Universidad de Oxford pero, al descartar que sus daños procedieran de la vacuna, los ensayos van a continuar. Mientras tanto, y aunque AstraZeneca no lo haya confirmado, Nath cree que la dolencia del paciente se correspondía con una mielitis transversa.

Esta enfermedad, rara según los neurólogos al ocurrirle a 1 de cada 250.000 personas, ataca con mayor frecuencia como resultado de la respuesta inmune del cuerpo a un virus y, en menor medida, se podría relacionar su causa con las vacunas. Precisamente en la causa de la enfermedad reside la reanudación o no de los ensayos. Si la enfermedad se debiera a la primera causa no habría problemas, mientras que, si se debiera a la segunda, se producirán más casos que, posiblemente, harán que se detengan las pruebas.

Falta de información

“Hay que ser comunicativo con las complicaciones de una vacuna que será suministrada a millones de personas”, lamenta Nath. Las decisiones sobre los avances de los ensayos son complicadas ante la crítica necesidad de plantearse el riesgo de los efectos secundarios frente a una vacuna que podría frenar la pandemia.

La mayoría de investigadores estadounidenses comparten las lamentaciones de Nath por no disponer de la información óptima para saber si se podrían continuar los ensayos. Desde el Reino Unido se defienden aludiendo a la privacidad del paciente enfermo. En cambio, el doctor Jesse Goodman, profesor y médico de la Universidad de Georgetown y antiguo científico jefe y principal regulador de vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), “cree que sería realmente útil saber cuál fue el diagnóstico de estos problemas, ya que existe tanto interés y preocupación por una vacuna contra la COVID-19 que cuanta más información haya, más tranquilizador sería”.

Los estudios de esta vacuna en Estados Unidos están paralizados hasta que la FDA obtenga una respuesta clara y concreta sobre el caso pero, si la vacuna de AstraZeneca fallase, o si sus ensayos no pudieran continuar, el gobierno del gigante americano está apoyando otras seis vacunas, dos de ellas en la última fase, con esperanzas de tener éxito.