César Carballo, médico de urgencias del hospital Ramón y Cajal, participó este domingo en un debate sobre el origen del coronavirus en el programa Cuarto Milenio, de Cuatro. En él dio su testimonio sobre las primeras semanas de la pandemia, que catalogó como "un tsunami". 

"No era una gripe"

"A la hora y media del segundo y tercer día sabíamos que no era una gripe, no se comportaba así. Eran pacientes, uno tras otro, con placas horrorosas que presentaban una neumonía bilateral muy grave. Dejó de haber infartos, ictus... solo había COVID-19. Era tremendo firmar un certificado de defunción tras otro", apuntó el profesional sanitario. 

Carballo advirtió que "ya lo avisaba la OMS, el éxito del virus está en que disminuya su letalidad y permita al huésped desplazarse. Y así ha sido". "Si hubiese afectado a los niños, nuestro concepto de humanidad, posiblemente, se habría ido al traste", añadió.

La sorprendente revelación de este médico

Sin embargo, este médico sorprendió en una de sus intervenciones revelando una orden que se dio a los centros sanitarios: "En febrero ya se veía que algo raro estaba pasando y teníamos, además, noticias de China e Italia. El problema era que teníamos una orden de no hacer pruebas de la COVID-19, salvo que los pacientes viniesen de Italia o China, eso fue un gran error. Estuvimos cuatro semanas y eso era crítico porque nosotros pensábamos que teníamos que hacerle la prueba, pero nos decían que no está indicado...".

El doctor cree que "ahora estamos cayendo en los mismos errores de la primera oleada" e insistió en su intervención: "Tuvo que haber más comunicación entre los extremos superiores e inferiores y admitir que el virus estaba aquí. Habría que haber tomado medidas antes del fin de semana del 8 de marzo. Tras ese fin de semana, hubo un apagón informativo y el lunes siguiente ya pasamos de 200 a 600 casos. Ya era demasiado tarde". 

El 'Origen' investiga sobre la llegada de este virus

El programa, presentado por Iker Jiménez, ha investigado cuál puede ser el origen del SARS-CoV-2. Un laboratorio de Wuhan, el mercado de esta misma ciudad o unas cuevas donde se recoge guano (excrementos de murciélago que se utiliza como fertilizante para la agricultura) son algunas de las hipótesis que se apuntan para descubrir al paciente cero.

En él, también, se ha denunciado las múltiples artimañas que ha podido utilizar el Gobierno chino para evitar alarmar a la población mundial cuando ya se conocían pacientes con síntomas compatibles con este coronavirus. Un hecho que pudo ser determinante para que se propagase.