Siria sigue sumida en una guerra en la que las fuerzas internacionales permanecen en el país ante la amenaza del resurgimiento del Daesh, que ya aprovechó el conflicto sirio para ocupar varias zonas del Nordeste del país antes de que la alianza internacional lograse ahuyentar a los islamistas radicales.

Sin embargo, la presencia de fuerzas extranjeras también está dejando epidios de polémica, como el sucedido el pasado martes por la mañana cuando varios tanques rusos y estadounidenses protagonizaron una carrera en la que el blindado estadounidense habría resultado dañado tras ser cerrado por dos carros de combates rusos y cuatro soldados del país habrían sufrido contusiones.

A partir de aquí se ha iniciado un cruce de declaraciones en el que Rusia y Estados Unidos se han culpado mutuamente del incidente. Según el Pentágono, los rusos habrían cometido actos hostiles que habrían violado los protocolos establecidos entre ambos países para su labor en Siria. Por su parte Rusia defiende que sí había notificado la ruta de sus tanques y que "las tropas estadounidense intentaron bloquear a la patrulla rusa".

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha sido quien ha denunciado esta situación y denuncia que las disputas entre las fuerzas rusas y estadounidenses presentes en la zona se han convertido "en una rutina diaria".