CORONAVIRUS

La depresión y la ansiedad, secuelas de los pacientes de coronavirus

Muchas de las personas que han estado en las UCI por COVID-19 han desarrollado estas dolencias, e incluso un estrés postraumático tras ser dadas de alta.

La depresión y la ansiedad, secuelas de los pacientes de coronavirus

La aparición de la depresión y la ansiedad en los pacientes que han estado ingresados en la UCI por el coronavirus ha sido bastante habitual en estos meses. Aunque no hay aún datos concretos sobre la COVID-19, las estancias en estas unidades hospitalarias en otros coronavirus como el SARS o el MERS provocaron ansiedad en un 15% de los pacientes, y depresión en otro 15%. Además, un 33% sufrió estrés postraumático tras haber recibido el alta. Los expertos justifican esto por la gravedad en los cuadros de algunos de estos pacientes y las características de estos ingresos, con estímulos sonoros y lumínicos permanentes que contribuyen a la desorientación.

En cualquier caso, las consecuencias psicológicas de la COVID-19 no pueden desvincularse del contexto en que se ha producido el ingreso de estos pacientes. “Son pacientes que están muy enfermos, muchas veces con un pronóstico incierto. Muchos están sedados o con medicaciones muy fuertes, incluso con ventilación”, afirma la psicóloga María Jesús Maldonado en declaraciones a la Cadena SER. Tampoco ayuda que las luces de las UCI sean las mismas siempre, lo que impide saber si es de día o de noche, o el hecho de que el personal médico vaya con EPIS, máscaras y batas y no se les pueda ver la cara, ya que no se sabe si viene la misma persona que antes, y esto provoca mucha inseguridad.

Los sanitarios han reportado también algunas alteraciones del estado de conciencia de los ingresados, con alucinaciones o ideas delirantes. Algunos incluso afirmaron en algún momento sentir que estaban secuestrados en estos centros hospitalarios, aunque posteriormente, cuando estaban mejor, se recuperaron. Según los psicólogos, los síntomas psíquicos son respuestas normales dentro de una situación anormal, pero el nivel de mejora que se produce es muy importante y rápido.

Puede ser también un síntoma de la enfermedad

Además de ser una posible secuela de la COVID-19, la ansiedad y la depresión pueden señalar también la presencia de la enfermedad. A esta conclusión han llegado unos investigadores de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, que han descubierto que ambas dolencias psicológicas pueden ser síntomas del coronavirus, junto a la pérdida de olfato y gusto. El panel analizó a 114 pacientes confirmados de coronavirus, de los cuales el 47,4% dijeron que estaban deprimidos varios días a la semana, y el 21,1% casi todos los días, mientras que el 44,7% tenía ansiedad leve y el 10,5%, severa.

“El hallazgo inesperado de que los síntomas potencialmente menos preocupantes de COVID-19 pueden estar causando el mayor grado de angustia psicológica podría decirnos algo sobre la enfermedad”, escriben los expertos en un estudio publicado en la revista The Laryngoscope.