CORONAVIRUS

Científicos revelan los aspectos más extraños del coronavirus

Desde la Universidad de California en San Francisco explican por qué la tasa de mortalidad de la COVID-19 es casi 10 veces mayor que la de la gripe común si es menos mortal.

Científicos revelan los aspectos más extraños del coronavirus

El SARS-CoV-2 que ha provocado una grave pandemia en todo el mundo sigue dejando numerosas incertidumbres en cuanto a sus síntomas y comportamiento. La sintomatología más frecuente es fiebre, tos y falta de aire. Sin embargo, con el paso del tiempo ha crecido la lista de síntomas. Algunos pacientes pierden el sentido del olfato y el gusto. Otros tienen náuseas o diarrea. También están los que presentaban arritmias o incluso ataques al corazón. Además, también se ha descubierto que puede dañar riñones o hígados, así como provocar dolores de cabeza, coágulos de sangre, erupciones cutáneas, hinchazón o derrames cerebrales.

Como consecuencia, los investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), y de todo el mundo, siguen examinando muy profundamente esta variedad de síntomas con el fin de conocer el origen de la COVID-19.

Lo más probable, según las investigaciones, es que no nos sintamos enfermos cuando nos contagiamos. Según revela la UCSF, el 53% de las personas que evaluaron nunca tuvieron síntomas. "Eso es mucho más alto de lo esperado", expresa Monica Gandhi, profesora de medicina de la UCSF con experiencia en VIH, en Medical Xpress. "Si hiciéramos una campaña de pruebas masivas en 300 millones de estadounidenses en este momento, creo que la tasa de infección asintomática estaría entre el 50% y el 80% por ciento de los casos", añade.

Cómo se contagia

El coronavirus rompe las células humanas para introducirse en ellas. Una vez dentro, produce copias de sí mismo y, en cuestión de horas, miles de nuevas partículas de virus comienzan a estallar e infectan a más células. Si nos exponemos a él por tos o estornudos, es probable que encuentre receptores ACE2 en las células de la nariz o la garganta. Aunque estos receptores también pueden ocupar el corazón, intestino u otros órganos. Que se replique a través de las vías respiratorias lo hace muy contagioso.

Además, el equipo científico de la UCSF ha podido probar que la testosterona, como otras hormonas sexuales masculinas, pueden aumentar la cantidad de receptores ACE2 que producen células, lo que podría explicar por qué el coronavirus afecta más a los hombres que a las mujeres o por qué los niños no suelen enfermar. "Cuantos menos receptores ACE2, menos riesgo de infección, esa es la idea", afirma Faranak Fattahi, miembro de la UCSF Sandler.

No es una máquina de matar

La COVID-19 se ha cobrado la vida de casi 690.000 personas en todo el mundo. Sin embargo, no parece ser "una máquina de matar", a pesar de que su tasa de mortalidad, hasta el momento, es aproximadamente diez veces mayor que la de la gripe. Eso sí, es menos mortal en sí misma, sugieren los científicos de la UCSF, donde sospechan que la principal causa de muerte por coronavirus es que nuestro sistema inmunitario inicia un contraataque demasiado intenso contra el virus.

Este contraataque es extraordinariamente complejo e incluye muchas tácticas, células y moléculas. Esta lucha está siendo analizada por los investigadores de la UCSF en más de 30 personas con covid-19 en el marco de su estudio COMET. De acuerdo con Krummel, un análisis temprano de los datos recolectados sugiere que los sistemas inmunes de muchos pacientes con COVID-19 se movilizan de manera diferente y más agresiva contra el SARS-CoV-2 que contra los virus que causan la gripe.

Como resultado, los pulmones de los pacientes quedan "devastados", no solo por el virus, sino por esta "batalla inmunológica que salió mal", detallan los científicos. Esta respuesta inmune 'no autorizada' podría explicar por qué, alrededor del día 11 de una infección los pacientes a menudo desarrollan una neumonía grave conocida como 'síndrome de dificultad respiratoria aguda' o SDRA.

También es probable que afecte al corazón, pudiendo producir insuficiencia cardíaca. Esto se debe a que las células del corazón están unidas a los receptores ACE2, el puerto vital de entrada del virus.

Síntomas poco comunes

Algunos pacientes han presentado síntomas muy extraños que provocan discrepancias entre los expertos. Por ejemplo, a finales de marzo, a una mujer de San Francisco le salió algo parecido a sabañones, que duraron una semana. La profesora de dermatología de la UCSF confirmó que era coronavirus. Sin embargo, muchos médicos consideran que contraer coronavirus y sufrir esto es algo casual.

Los especialistas intestinales también trabajan para encontrar conexiones entre la COVID-19 y enfermedades relacionadas con el intestino. De momento, están descubriendo que entre el 20% y el 40% de las personas con la enfermedad experimentan diarrea, náuseas o vómitos antes de otros síntomas, dice el gastroenterólogo Michael Kattah, profesor asistente de la UCSF. Comenta que al tragar partículas del virus crece la posibilidad de infectar las células que recubren el estómago, intestino delgado o colon.

Por su parte, los neurólogos se preocupan por los informes de pacientes de coronavirus que han informado de dolores de cabeza, "niebla cerebral", pérdida del sentido del olfato, mareos, delirio y, en casos raros, accidentes cerebrovasculares. Los nefrólogos se preocupan por el estrés y la insuficiencia renal, los hepatólogos por las lesiones hepáticas, los oftalmólogos por la conjuntivitis y los pediatras por un síndrome inflamatorio peculiar relacionado con el virus que aparece en niños y adultos jóvenes.