Los posibles efectos de la mascarilla en el ejercicio físico y cuál es más recomendable
Un estudio español revela que usar mascarilla para realizar actividad física es seguro porque apenas altera la frecuencia cardíaca o la saturación.
El uso obligatorio de la mascarilla cada vez está más extendido por todo el mundo. Sin embargo, practicar deporte nos exime de esa obligación. Así, queda a la elección de cada deportista llevar o no esta protección facial frente al coronavirus. Muchos de los que no la llevan alegan que se mojan de sudor o dificultan su respiración. Pero ¿realmente pueden las mascarillas afectar el rendimiento deportivo?
Antonio Montoya-Vieco, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, el médico Darío San Miguel y el entrenador Nacho Martínez se juntaron para hallar respuestas. Para saber si el uso de la mascarilla era perjudicial a la hora de hacer ejercicio, llevaron a cabo una investigación que consistía en una serie de pruebas físicas durante tres días a seis corredores, tres hombres y tres mujeres, con diferentes condiciones físicas. Unos llevaban mascarillas proporcionadas por la empresa 42k running, del modelo 42K 3D-SPORT, y otros no.
El estudio se centró en este tipo de mascarillas porque, según los proveedores, es higiénico y reutilizable, además de estar diseñado para promover la máxima transpirabilidad, ergonomía y comodidad durante la actividad física. Se registraron los datos sobre la frecuencia cardíaca, los niveles de lactato en sangre (indicador de fatiga), la saturación parcial de oxígeno y el esfuerzo percibido (una variable subjetiva).
🆕Mascarilla deportiva 42K 3D-SPORT de #42krunning.
— 42k Running (@42kRunning) June 18, 2020
Tejido hidrófugo. Avalada para su uso deportivo por Unidad de Salud Deportiva del hospital VITHAS Valencia 9 de Octubre.
Recuerda... "mi mascarilla te protege, tu mascarilla me protege a mí". pic.twitter.com/Zxt4Kj7329
Se confirmó su seguridad
Los resultados de las pruebas desvelaron un leve crecimiento de entre el 0% y el 2% en la saturación parcial de oxígeno, de entre 3 y 9 pulsaciones en la frecuencia cardíaca, de entre 0 y 1,7 milimoles de lactato y de un punto en el esfuerzo percibido. Esto quiere decir que la experiencia cambia muy poco. Ninguno de los aumentos es tan significativo como para considerarlos preocupante, por lo que se asegura que llevar mascarilla haciendo deporte es seguro.
Por su parte, los niveles de esfuerzo percibido aumentaron entre 13% y 50%. “Cuanto mayor es el valor numérico, se interpreta que el esfuerzo realizado por el atleta es mayor. Si la mascarilla no es cómoda, es posible que la persona se dé cuenta de que respira peor y que esto afecta su desempeño”, explica en El País.
En el lado opuesto a los que se muestran en contra de la mascarilla, están los que afirman que su uso podría incluso hacer más fuertes a los deportistas. Recientemente algunos usuarios de redes sociales han indicado que, al dificultar la respiración, podrían fortalecer los músculos respiratorios, algo que el preparador físico pone en duda: “No considero que una mascarilla deportiva, y mucho menos la utilizada en este estudio, después de conocer sus resultados, sirva para fortalecer el entrenamiento de los músculos respiratorios. Si fuera así, los atletas habrían comenzado a usarla antes de la COVID-19”.
¿Qué mascarillas son mejores para hacer deporte?
Ha quedado claro que el uso de la mascarilla para hacer deporte es seguro. Sin embargo, hay que elegir la más adecuado para que no afecte a nuestro rendimiento. No basta con que sean de marcas deportivas, sino que tienen que contener unas características determinadas.
Lo principal es conseguir un equilibrio entre la autoprotección a través de filtros aprobados, un buen ajuste, transpirabilidad y posibilidad de reutilización después del lavado a 60º. La máscara de la marca española Idawen, por ejemplo, consigue esto gracias a un tejido de neopreno técnico y elástico ultraligero de dos milímetros de espesor, con malla de poliéster 3D y malla elástica, según explica su cofundadora, Lara Harranz. Además, estas mascarillas evitan la sensación de asfixia incorporando “dos válvulas de exhalación que se colocan sobre el filtro y permiten la expulsión de CO2 y humedad”.
Por otro lado está la compañía 226ers, que fabrica su mascarilla Hydrazero con una filtración del 96% según la norma UNE-EN 149: 2001 + A1-2010 es repelente a los líquidos. En cambio las de la compañía BUFF consiguen una “eficiencia de filtrado (BFE) del 98% y transpirabilidad <40 Pa / cm2, por lo que ofrecemos la misma calidad que las mascarillas quirúrgicas (UNE EN 14683) y mucho más alta que UNE EN 0065 de mascarillas higiénicas reutilizables convencionales”, tal y como detalla Danae Malet, gerente de productos de marca. Finalmente, Decathlon también hizo su propia mascarilla, que cumple con la especificación UNE065/2020, con transpirabilidad aceptable (presión diferencial <60 Pa / cm2) y resistente a hasta 500 lavados.
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