¿Quién recibiría las primeras vacunas contra el coronavirus?
Los expertos son partidarios de vacunar en primer lugar a los médicos y personal sanitario, y posteriormente a las personas de riesgo y en atención médica.
La carrera por encontrar una vacuna efectiva contra el coronavirus continúa, y en los últimos días tres proyectos de fármaco han terminado la fase de investigación y están a la espera de que se confirmen los resultados preliminares para empezar a fabricarse en masa. Sin embargo, existen muchas dudas sobre quién recibirá primero estas vacunas, y a qué colectivos se debe priorizar para generar inmunidad. La Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades estadounidenses han puesto en marcha dos criterios de asignación de las vacunas que colocan a los médicos y a las personas de riesgo como los primeros que deben recibir el medicamento.
El sistema puesto en marcha en Estados Unidos tiene cinco niveles. En el primero se sitúan 12 millones de personas, denominadas “atención médica crítica y otros trabajadores”, con las primeras dosis dirigidas a los médicos. En el segundo y en el tercero están incluidos otros 100 millones de personas que trabajan en atención médica o pertenecen a grupos de riesgo. Finalmente, los dos últimos niveles incluyen a la población general.
Poco después, la OMS presentó su propia asignación, que daría prioridad a 2.000 millones de personas, entre los que estarían los profesionales de la salud, la población de riesgo y los enfermos crónicos. Esta cifra es importante porque, según los expertos, la capacidad actual de producción mundial de la vacuna es de 2.000 millones de dosis al año, y hay 7.500 millones de personas en todo el mundo con el mismo riesgo de contagiarse.
Los sanitarios son los primeros en la mayoría de los criterios para recibir la vacuna, sin embargo, hay algunas voces discordantes. Algunos expertos apuestan por vacunar antes a las personas de 60 años con patologías previas, y otros consideran que es mejor que los primeros sean los niños, porque su inmunización evitaría el contagio de las personas mayores.
Un sistema para un reparto equitativo de la vacuna
Los organismos internacionales han puesto también el acento en que todos los países tengan acceso a la vacuna en las mismas condiciones. Por ello la OMS puso en marcha la iniciativa internacional Covax facility, que busca que los países más pequeños y humildes tengan acceso a la vacuna en las mismas condiciones. Las autoridades insisten también en que es más efectivo centrarse en los lugares donde la pandemia tiene más incidencia.
El descubrimiento de la vacuna no implicaría en ningún caso la vuelta a la vida normal, porque seguiría siendo necesario tomar medidas de control para evitar contagios. En el caso de España, serían necesarios 47 millones de dosis, pero vacunar a toda la población no elimina la pandemia en otros países, con lo cual habría que seguir aplicando controles sanitarios. Los prototipos de vacunas desarrollados son seguros, pero persisten muchas dudas. Su efectividad, en todo caso, no será del 100%.