El coronavirus no concede un hilo de esperanzas en América. El gobierno de Estados Unidos ya reconoce abiertamente que esta desbordado por el numero de contagios en algunos estados del sur y este del país y ayer volvió a batir sus propios registros con 40.000 casos más. El país presidido por Donald Trump lleva tres días superando su peor cifra de contagios. "Nos enfrentamos a serios problemas en algunas zonas", dijo Anthony Fauci, asesor médico de la Casa Blanca en una rueda de prensa. "Si ustedes se infectan, van a contagiar a alguien más y esa persona va a infectar a otra más", advirtió después saber que los contagios aumentaron en 30 de los 50 estados en las ultimas horas y que la cifra de muertos llega ya a 125.000.

Fue un día duro sobre todo para California, Arizona, Texas y Florida y eso provocó que algunos estados tuvieran que dar marcha a tras a sus planes de desconfinamiento que se impusieron hace dos meses. En Florida se ha prohibido vender alcohol en los bares. Una medida drástica para un estado con vida nocturna. Esta medida llega después de que la edad media de infectado haya bajado a los 33 años en vez de los 65 de un primer momento. En Texas, el estado que más pronto se abrió tras el primer brote, ha decidido cerrar sus bares.

América Latina no vive mejor. Argentina también ha tenido que dar marcha atrás en sus planes de desescalada y ha endurecido la cuarentena en Buenos Aires desde el 1 al 17 de julio para que la circulación baje. “Vamos a volver a cerrar en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para que la circulación disminuya drásticamente, para reducir contagios y la demanda de camas" en hospitales, dijo el presidente Alberto Fernández.

Perú, el segundo país con mas contagiados en América Latina (270.000 en una población de 33 millones) decidió poner fin a la cuarentena desde el martes para despertar su economía. Brasil sigue siendo el más castigado del continente con 56.000 muertes y 1,27 millones de contagios, según datos oficiales.