Los bomberos de la Comunidad de Madrid tuvieron que trabajar en el pico más grave de la pandemia de coronavirus para suplir a las funerarias, desbordadas, en la tarea de recogida de fallecidos por esta enfermedad en residencias de ancianos. Según varios documentos a los que ha tenido acceso el diario El País, desde finales de marzo hasta mediados de abril, los bomberos estuvieron realizando estas tareas con cuerpos que quedaban desatendidos incluso más de 36 horas después de su fallecimiento.

"Nos reportan desde Políticas Sociales que cuando el coronavirus entra en una residencia en pocos días tienen gran cantidad de infectados, sino todos, y un importante número de fallecidos. De las 476 residencias de ancianos, hay gravemente afectadas 37 y otras 32 que estarán en este estado en pocos días. A esto se unen también algunas residencias de discapacitados (13 en estado crítico) que replican problemas casi idénticos. Hemos recibido orden de la Presidenta para que colaboremos con otros servicios para controlar esta desagradable situación priorizando la retirada de fallecidos que nadie recoge. Inicialmente requeriremos puntualmente la colaboración de voluntarios pero lo trasladaremos en seguida a la guardia para que se desarrollen y resuelvan estas cuestiones de forma ordinaria" se explicó a través de una nota desde la jefatura de bomberos que se trasladó a los distintos parques.

Este cuerpo trabajó en tareas de traslado de féretros y también de desinfección de centros de salud y residencias. Según datos facilitados por El País, los bomberos se tuvieron que hacer cargo del traslado de casi 185 cadáveres teniendo un pico importante de trabajo entre el 4 y el 7 de abril, cuando recogían una media diaria de 23 cuerpos en distintas residencias de ancianos.

Israel Naveso, responsable del Sindicato de Bomberos federado en CSIT Unión Profesional, calificó de "despropósito y drama" toda esta situación en este diario ya citado.