Este jueves amanece con un nuevo informe preocupante sobre el COVID-19. Hay tres países en el mundo puestos en máxima alerta: China, Alemania y Brasil. La noticia destacada es el contagio de casi 700 trabajadores de un matadero de carne en Gutersloh, al norte de Alemania. El grupo Toennes, uno de los mayores procesadores de carne del país, ya ha dejado de sacrificar animales y ha cerrado su planta. Además, el gobierno local ha ordenado el cierre desde hoy de guarderías y jardines de infancia como medida de precaución. 

China, foco donde se inició la pandemia del COVID-19 hace más de seis meses, ha vuelto a sufrir un rebrote de importancia. Las autoridades consideran la situación epidémica de Pekín "sumamente grave" y temen una nueva ola de contagios. Desde la semana pasada, 137 personas se han infectado en Pekín, donde viven 21 millones de personas. 

Este rebrote surgió en torno al mercado mayorista de Xinfadi y las autoridades inmediatamente tuvieron que anular más de 1.000 vuelos en la jornada del miércoles. Los colegios también permanecen cerrados y la vida en los barrios cercanos al mercado está paralizada. Se pidió a la población no viajar de forma no esencial. 

Por último, está el caso de Brasil, uno de los países más castigados por esta pandemia en la actualidad. Con unos 32.000 casos y 1.269 muertos en un día, el coronavirus no cede, que ya registra más de 46.000 fallecimientos y 955.377 positivos (el segundo país del mundo más golpeado después de Estados Unidos), según el ministerio de Salud del país sudamericano.

Ante tal situación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha alertado. "No estamos viendo que la transmisión se desacelere. Tampoco en América Latina y el Caribe, donde se han superado las 85.000 muertes y el 1,8 millones de casos", dijo Carissa Etienne, directora del organismo.