El Ingreso Mínimo Vital aprobado el viernes llevará una serie de ventajas asociadas. Además de ser compatible con percibir rentas del trabajo y otras ayudas municipales o locales, los beneficiarios estarán exentos de pagar por los medicamentos recetados y los que cursen estudios universitarios se ahorrarán, además, el pago de las tasas de matriculación.

Así lo establece el Boletín Oficial del Estado publicado el pasado lunes en su disposición transitoria quinta, que reza: "1. Los beneficiarios de la prestación del ingreso mínimo vital a quienes se reconozca dicha condición entre los meses de junio y diciembre de 2020 estarán exentos del pago de los precios públicos por servicios académicos universitarios para la realización de estudios conducentes a la obtención de títulos de carácter oficial durante el curso 2020-2021, en los términos de esta disposición.

2. Sin perjuicio de las exenciones generales del pago de precios públicos por servicios académicos universitarios, esta exención se aplicará a los beneficiarios de la prestación del ingreso mínimo vital que hayan visto denegada su solicitud de concesión de una beca de la Administración General del Estado para cursar estudios postobligatorios en dicho curso por superar los umbrales de renta y patrimonio establecidos en la normativa correspondiente".

El estado lo compensará

Será el estado quien compense a las universidades por las pérdidas que ocasione esta exención. Los estudiantes que disfrutan de una beca por bajo nivel de ingresos podrán compatibilizarla con el cobro del Ingreso Mínimo Vital.

Por otro lado, la aprobación de esta nueva ayuda provocará la extinción paulatina de la que se entregaba por menor a cargo sin discapacidad o con discapacidad inferior al 33%. Desde el lunes ya no se conceden nuevas prestaciones de este tipo. Los que ya la tenían concedida la percibirán mientras cumplan los requisitos, pero desde ahora es incompatible con el Ingreso Mínimo Vital.