El Gobierno, ante posibles repuntes en el número de contagios por coronavirus, estableció la obligatoriedad del uso de la mascarilla a partir del día de hoy, 21 de mayo, en lugares públicos, durante todo el estado de alarma -que durará, de momento, hasta el 7 de junio-.

Sin embargo, donde más dudas se encuentran acerca del uso de la mascarilla es el transporte privado. La normativa señala que su utilización dependerá de si los ocupantes del vehículo viven juntos o no. Así pues, diferenciamos cuándo será obligatorio llevarla y cuándo no.

¿Cuándo es obligatorio el uso de la mascarilla?

Se deberá llevar obligatoriamente la mascarilla en un vehículo cuando las personas que viajen en el mismo no vivan juntas -como puede ocurrir con amigos o compañeros de trabajo-. Si ocurre esto, todos los ocupantes deberán llevar la mascarilla y únicamente podrán ir en el vehículo dos personas por cada fila de asientos, manteniendo siempre la máxima distancia interpersonal que se pueda.

 ¿Cuándo no es obligatorio su uso?

La mascarilla no será obligatoria en el vehículo cuando los ocupantes pertenezcan a la misma familia o convivan juntos. Además, podrán ocupar todos los asientos del vehículo.

También existen excepciones para su uso. Pueden estar exentas de llevarla aquellas personas que tengan algún tipo de dificultad respiratoria o por otros motivos de salud justificados, o incluso que por discapacidad o dependencia, presenten alteraciones en la conducta de estas personas.

A tener en cuenta...

En el caso de los conductores, conviene tener en cuenta que hay que tomar una serie de precauciones para evitar una posible distracción. Lo primordial es colocar la mascarilla correctamente, tapando nariz y boca y evitando que nos moleste nuestra visión o interceda en ella. También hay que llevar cuidado a la hora de llevar gafas, pues los cristales tienden a empañarse con la mascarilla, y podría quitarnos visibilidad.

Por otra parte, hay que tener en cuenta también que podría ser multado con 80 euros si el conductor portara una mascarilla que es pequeña o grande, si le aprieta o se le cae, y no puede mantener la libertad de movimientos y ocasionarle una situación de estrés. El propio Reglamento General de Circulación, en su artículo 18.1, señala que podrá multarse al conductor de un vehículo si no mantiene "su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción", pues podría poner en riesgo su vida y la del resto de ocupantes si los hubiese.