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CORONAVIRUS

El coronavirus no desaparecerá con la llegada del verano

Varios expertos coinciden en que no hay evidencias científicas sólidas que apunten a la extinción del patógeno durante el periodo estival.

El coronavirus no desaparecerá con la llegada del verano
EFE

No hay ninguna evidencia sólida que indique que el coronavirus desaparecerá con la llegada del verano, algo con lo que fantaseaban voces como la de Donald Trump, quien dijo la semana pasada: "Parece que en abril, en teoría, cuando aumentan un poco las temperaturas, desaparece milagrosamente". Todo apunta a que eso no sucederá. 

Lo explican varios expertos citados por El País. Sí es cierto, como apunta Fernando Belda, de la Agencia Estatal de Meteorología, que ya hay indicios de que "a menos temperatura, mayor afectación". Pero el mayor calor que traerá el periodo estival parece que no será suficiente toda vez que hay más factores influyendo en la propagación y que ese calor no se reparte por igual en todas las zonas de España. "Hay que ser muy cautelosos, porque las condiciones de humedad y de temperatura varían mucho de unas zonas geográficas a otras y, por supuesto, hay muchos más factores que influyen en la transmisión y propagación del nuevo virus", explica Cristina Linares, epidemióloga. 

Desde la Universidad de Harvard avisan de que el SARS y el MERS, otros coronavirus responsables de epidemias, "no han mostrado ningún comportamiento estacional" y lo cierto es que en muchos países acostumbrados a temperaturas muy cálidas, con Australia e Irán como grandes ejemplos, está habiendo una incidencia importante del SARS-CoV-2. 

El calor afecta al virus, pero no es suficiente

El problema no es que el virus sea inmune al calor y varios investigadores exponen que su configuración, con una envoltura lipídica, debería hacerle sensible a los cambios en la temperatura y la humedad. Pero aún no se ha desarrollado una gran inmunidad en la población mundial, por lo que no se puede inferir que eso vaya a ser suficiente para detener su propagación por completo. "Los virus nuevos tienen una ventaja que es temporal, pero importante: pocos individuos de una población, o ninguno, son inmunes", aporta al respecto Marc Lipsitch, de la Universidad de Harvard. 

"Si bien con un tiempo más cálido y húmedo podemos esperar pequeñas reducciones del carácter contagioso del virus SARS-CoV-2 [...], no es razonable esperar que esto por sí solo reduzca la transmisión lo suficiente como para tener un gran impacto", añade Lipsitch. Desde China refuerzan la tesis. Concretamente desde la Universidad de Fudan, donde un grupo comandado por Zhije Zhang realizó un estudio que, en condiciones de humedad relativa del 75% el número de contagios diarios podía descender entre un 36% y un 57%, si bien estos datos no se repetían en todas las provincias del país.