CORONAVIRUS

Italia teme rebeliones en el sur: “Se nos acaba el dinero”

Tras 20 días de cuarentena, aumenta la tensión social con robos y asaltos. Las medidas económicas de los primeros decretos no son suficientes.

Gente haciendo cola en un supermercado de Italia.
GUGLIELMO MANGIAPANE REUTERS

Mientras termina su tercera semana de cuarentena por la emergencia COVID-19, en Italia se acabó el tiempo de las canciones en los balcones y del “todo saldrá bien”. Para muchas familias, la ilusión que unió al pueblo en los primeros días de esta pesadilla se ha ido gastando con el dinero de la compra, que en las partes más débiles del país está a punto de agotarse. Las primeras medidas del decreto ‘Cura Italia’ (25.000 millones de euros) no son suficientes para las pymes que echaron el cierre hace casi un mes y que no saben cuándo (y si) volverán a abrir, mientras que son prácticamente nulas para toda la “economía sumergida”, que sustenta un gran trozo de la población. En el sur, según un estudio realizado por el Banco Intesa Sanpaolo en junio 2019, vale 112.000 millones de euros y está totalmente paralizada.

La tensión social aumenta cada día más. En Palermo, según el medio 'La Sicilia', unas veinte personas asaltaron un supermercado, intentando escapar con carritos llenos y gritando "no tenemos dinero, no queremos pagar". Los cajeros llamaron la policía mientras fuera, entre las personas en la cola, cundió el pánico. En Facebook, distintos grupos piden una "revolución nacional" y circulan los primeros videos de rebelión. Se hizo viral uno que muestra una pareja de Bari pateando la puerta de un banco con el mismo grito desesperado, “no nos queda nada”.

En Nápoles, este sábado, aparecieron en varios edificios supuestos avisos del Ministerio del Interior que advertían sobre controles piso por piso para averiguar la presencia de cada ciudadano en su domicilio. Una trampa organizada por un grupo de atracadores de viviendas, que la policía desveló públicamente. Mientras, están aumentando los robos y los atracos a farmacias y estancos.

“Que el Gobierno instituya de inmediato una renta de ciudadanía”, escribió el alcalde de Nápoles Luigi De Magistris en Twitter, “para todas las personas que se quedaron sin dinero”. El presidente de la región Campania, Vincenzo De Luca, famoso en estas semanas por sus medidas duras y su lenguaje directo (le apodan ‘el alguacil’), hoy publicó un comunicado parecido: “Antes del martes le vamos a proponer al Gobierno un programa de ayudas sociales. Tenemos que garantizar la salud, pero también el pan”. Por su parte, el ministro para el sur y la cohesión territorial, Giuseppe Provenzano, afirmó en 'La Repubblica': "Tengo miedo a que las preocupaciones se transformen en rabia y odio. Hay áreas sociales frágiles: el balance público debe cuidar todo el tejido social, y debe hacerlo ya". El sur de Italia es un polvorín a punto de estallar.