La ciencia y los especialistas médicos continúan dando pasos en busca de una vacuna contra el coronavirus. Pero mientras eso ocurre, se van realizando pruebas en diferentes países del mundo en busca de un tratamiento eficaz. Uno de ellos está relacionado con la mezcla de la hidroxicloroquina (Utilizada para combatir contra la malaria) y la azitromicina (Antibiótico prescrito contra diferentes tipos de infecciones, entre ellas las respiratorias).

Francia ha sido uno de los pioneros en probar este tratamiento en pacientes contagiados de coronavirus y los datos han sido muy esperanzadores. Las pruebas iniciales han mostrado que con una dosis de 600 mg, el 90% de los enfermos dieron negativo en tan sólo 6 días.

Didier Raoult, jefe del Instituto Mediterráneo de Enfermedades Infecciosas en Marsella, anunció que determinados ensayos han mostrado eficacia en el tratamiento con este antipalúdico: "Para tratar el coronavirus, todo el mundo lo utilizará", afirmó en declaraciones a Le Parisien.

Otro de los primeros en autorizar este tratamiento ha sido Donald Trump, presidente de Estados Unidos: "Hemos eliminado como nunca antes nadie el papeleo para poder desarrollar vacunas y tratamientos". Pero el Doctor Anthony Fauci, la persona que lidera los esfuerzos norteamericanos en la lucha contra el coronavirus, quiso rebajar la euforia: "No estoy totalmente seguro de a qué se refería. Muchas de las cosas que hay son lo que he llamado ‘informes anecdóticos’. Pueden ser ciertas, pero son anecdóticas".

Los ensayos en España y otros países

Sin embargo, en España no ha apostado por este medicamento como posible solución. Tal y como confirmó Salvador Illa el pasado viernes, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha autorizado dos ensayos con remdesivir, medicamento desarrollado para combatir el ébola. Dichas pruebas se realizarán con pacientes voluntarios en tres hospitales: La Paz (Madrid), Cruces (Bilbao) y Clínic (Barcelona), aunque se espera que se sumen más. Uno de los principales motivos para no utilizar en nuestro país la hidroxicloroquina es que es un tratamiento muy tóxico y agresivo, hasta el punto de que se puede prescribir para provocar abortos.

Otros países como China o Alemania sí han optado por este fármaco y han anunciado la adquisición de grandes cantidades del mismo para realizar más ensayos clínicos. El principal argumento para ello radica en que muchos pacientes chinos se curaron del Covid-19 con la cloroquina.