"No se puede combatir un incendio con los ojos vendados”
Esta afirmación del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, esconde los dos motivos fundamentales por los que es necesario respetar la cuarentena: propagación y desconocimiento.
Si hay algo que deberíamos haber aprendido ya sobre el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) es que lamentablemente se ha instalado entre la población y durante días ha campado a sus anchas sin que fueramos suficientemente conscientes. Por ello, el estado de alarma y la cuarentena decretada por el Gobierno, que probablemente se prolongarán más alllá de los 15 días previstos, pretende fundamente contener la expansión del virus.
Pero más allá del fin último de la medida, exiten dos motivos fundamentales, con sus ramificaciones, que deben servirnos para entender por qué debemos permanecer en nuestros hogares y salir excusivamente cuando no nos quede más remedio ya que puede suponer la diferencia entre el ñexito y el fracaso de una lucha que debemos abordar unidos y sin fisuras.
El daño de los casos asintomáticos o leves
Según hemos podido saber en las últimas horas, los casos no detectados de coronavirus, muchos de ellos con síntomas leves, fueron los grandes responsables de la rápida propagación de COVID-19 en China, según un estudio publicado por la revista estadounidense Science que ha contado con la participación de expertos de la Universidad de Columbia (EE.UU.); del Imperial College de Londres; y de las Universidades de Tsinghua, de Pekín; de Hong Kong y de California.
El trabajo, basado en un modelo matemático, concluye que una gran proporción de infecciones por COVID-19 no se había detectado antes de que las autoridades chinas aplicaran restricciones a los viajes: de hecho, el 86 % de los contagios no se había documentado antes de la cuarentena impuesta a Wuhan, foco original del brote. Por individuo, esas infecciones no detectadas fueron un 52% tan contagiosas que las documentadas, y fueron el origen de dos tercios de los contagios declarados.
De ahí que los esfuerzos y medidas adoptadas durante los últimos días por un buen número de países estén orientados a la restricción del movimientos, aunque de nada sirve adoptar este tipo de decisiones si no va acompañada de un minimo de concienciación ciudadana. A estas alturas el virus está muy presente y debemos poner todo de nuestra parte para que no siga propagándose.
Pero el hecho de que los casos asintomáticos o leves hayan causado estragos a la hora de propagar la enfermedad también está relacionado con la segunda razón para no saltarnos las restricciones impuestas y hacer gala de la tan mencionada disciplina social.
Pocas pruebas diagnósticas
Y es que, como ha advertido el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, es fundamental realizar pruebas de detección del coronavirus para detener la pandemia. "No se puede combatir un incendio con los ojos vendados. No podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está infectado", señala.
"Hemos visto la aplicación de medidas como el distanciamiento social, con el cierre de escuelas y la cancelación de eventos y reuniones, pero no hemos visto un aumento urgente en las pruebas, el aislamiento y el rastreo de contactos", añade
Y no se trata de un tema baladí, ya que muchos países para no sobercaragar el sistema sanitario han dejado de realizar pruebas y diagnosticar todos los casos, centrándose principalmente en los que presentan una sintomatología más grave y pueden requerir de hospitalización o tratamientos más específicos. De ahí que el resto debamos permanecer en casa: podemos estar contagiados y no saberlo.
"Las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a reducir la transmisión y a que los sistemas de salud aguanten, y lavarse las manos o toser en el brazo reduce el riesgo para uno y para los demás, pero por si solas no son suficientes para extinguir esta epidemia. Es la combinación de todas las medidas lo que puede hacer la diferencia: solo rompiendo la cadena de contagios es como se vencerá esta pandemia, y para ello hay que hacer las pruebas de diagnóstico y aislar cada caso", concluye Tedros.
Por ello, hasta que cada país y cada sistema sanitario sea capaz de detectar y aislar todos los casos, algo que parece imposible dada la escalada actual del virus, conviene permanecer en casa porque es la única manera de evitar que el virus se extienda ya que podemos tener el virus y no saberlo; podemos salir a la calle y propagarlo. Y a estas alturas tenemos dos cosas muy claras: existe una expansión sileciosa de la enfermedad y no podemos saber a ciencia cierta si estamos contagiados. Quédate en casa.