FISIOTERAPIA

Agujas para relajar músculos: por qué triunfa la punción seca

La punción seca se basa en la introducción de una aguja en el músculo dañado, un abordaje directo a una lesión; esta técnica reduce el dolor muscular causado por el estrés y malos hábitos, como lumbalgias o dolor en las cervicales.

Santos M.R.

La punción seca se basa en el uso de agujas para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial, un dolor provocado por la contracción reiterada del músculo.Es una lesión muy común tanto en deportistas, como en personas con malas posturas.

Puede tener su origen en movimientos repetitivos en el trabajo o en el gimnasio, o en la acumulación de tensión muscular por estrés. La introducción de la aguja justo en los puntos claves logra un alivio de la tensión muscular y la consecuente reducción del dolor.

El éxito de la punción seca

Durante las sesiones de punción seca se introduce una aguja en una zona hipersensible dentro de una banda muscular tensa. Estos puntos son dolorosos al tacto y generan dolor referido, en otras zonas del cuerpo sin conexión aparente.

Pero esta técnica invasiva permite acceder a la musculatura profunda de forma rápida y con menor esfuerzo, reduciendo los tiempos de recuperación y facilitando la vuelta a la normalidad. Se recomienda para el tratamiento tanto de lesiones deportivas, como dolencias de espalda habituales, como lumbalgias, dolor en las cervicales o en los hombros.

Eso sí, a veces duele. Rubén Lago, fisioterapeuta de Zagros Sports, explica que "realizar una punción sobre un músculo dolorido, con el consecuente espasmo muscular, es molesto. El paciente notará un dolor post - punción durante las siguientes 72 horas como máximo. Pero esta molestia nada tiene que ver con el dolor original, que irá remitiendo".

Es posible incluso que aparezcan pequeños hematomas en la zona de la punción.

Cuándo no usar la punción seca

Aunque la punción seca es beneficiosa para cualquier persona, deben evitarla las personas con problemas de coagulación y las mujeres embarazadas. En concreto, se recomienda a las futuras madres no recibir esta técnica de fisioterapia durante los tres primeros meses de embarazo. En los siguientes seis meses de gestación podrán someterse al tratamiento siempre que la punción no se realice en la zona pélvica o abdominal, ya que puede poner en riesgo al feto.

También se debe evitar la punción en heridas cutáneas o zonas tatuadas. Ya que se considera que la tinta de los tatuajes es una toxina que no conviene introducir en el tejido muscular.

En el caso específico de los deportistas, debido a las molestias del tratamiento se recomienda no emplear esta técnica los días previos a una competición.