KITESURF

Muere Graham Howes

El sudafricano de 38 años fue hallado sin vida tras desaparecer mientras navegaba en Bloubergstrand, su spot local y epicentro de su legado.

Graham Howes señalando a cámara
Graham Howes
Ander Ordoño
Proveniente del ámbito de la producción audiovisual, su dilatada experiencia de más de 10 años siguiendo la actualidad de los deportes de acción le ha llevado a convertirse en una de las firmas más reconocidas del panorama nacional en este tipo de disciplinas.
Actualizado a

El mundo del kitesurf despide a uno de sus referentes más influyentes. Graham Howes, rider profesional sudafricano y fundador del colectivo Dirty Habits, fue hallado sin vida en el mar el lunes 8 de septiembre, tras una intensa operación de búsqueda que se extendió por más de 24 horas. Tenía 38 años y una comunidad que lo admiraba tanto por sus vuelos extremos como por su honestidad brutal al hablar de salud mental.

Howes desapareció el domingo por la tarde mientras navegaba en Eden on the Bay, su spot habitual en Bloubergstrand, Ciudad del Cabo. Testigos lo vieron por última vez alrededor de la una del mediodía. Al no regresar, su familia activó la alarma y se desplegó un amplio operativo con apoyo del Instituto Nacional de Rescate Marítimo (NSRI), drones de infrarrojos y embarcaciones privadas. Su kite y su tabla fueron encontrados en alta mar el lunes por la mañana. Horas más tarde, un yate involucrado en la búsqueda localizó su cuerpo en la misma zona.

Pero Graham Howes fue mucho más que un atleta. Con un estilo agresivo y radical, se convirtió en uno de los grandes nombres del Big Air, pero su impacto trascendió los límites del agua. A través de Dirty Habits, no solo promovió una marca, sino un estilo de vida. “Live your best life” era su lema, y cada uno de sus vídeos era una invitación a vivir con intensidad.

Su contribución más valiente llegó al abrirse sobre sus propias luchas internas. En sus vídeos personales y en el documental We Need To Talk, habló con crudeza sobre salud mental, rompiendo tabúes dentro de un deporte donde la imagen de fortaleza muchas veces oculta el dolor real. “Quiero ser libre”, confesaba en uno de sus últimos clips. Hoy, esa frase resuena con un eco doloroso.

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La comunidad internacional del kitesurf lo llora. Su legado no solo está en los megaloops, sino en haber recordado que también hay que cuidarse fuera del agua. Vuela alto, Graham. Y Descansa En Paz.

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