"Game over". Con este título comienza Aymar Navarro el escrito en el que anuncia que vuelve a casa. El freerider aranés estaba en el Himalaya junto a la gente de Liqen Studio y el legendario Simone Moro, a la caza de picos como el Pumori, tal y como reconoció el alpinista.

"Hay cosas contra las que uno no puede luchar, y cuando la montaña habla sólo nos queda escucharla, asumir el mensaje y por muy doloroso que sea, dar media vuelta para bajar... pero cuando uno lo da todo y más, no hay nada que reprochar aunque duela...", especifica Navarro.

El caso es que "las condiciones en la montaña han empeorado en los últimos días, el calendario aprieta y la viabilidad de hacer una actividad con garantías son argumentos de mucho peso para tomar esta difícil decisión de poner rumbo de vuelta a casa", afirma.

Pero hay más argumentos todavía: "Pese a poder retomar la expedición después de sufrir el edema agudo de pulmón, lo cierto es que siendo sincero conmigo mismo no estoy al 200%, condición indispensable para un terreno tan exigente como este". Hace referencia al edema de pulmón que tuvo en los primeros días de expedición y que le hizo pasar por el hospital.

Así, con todo, concluye: "Lo hemos dado todo hasta el último día... remando contra todos los problemas que nos hemos encontrado sin perder la ilusión ni la motivación y esto aún hace más duro tomar esta difícil decisión. Para muchos quizás sea un fracaso, pero para mí ha sido una expedición llena de aprendizaje donde todos hemos ganado muchísima experiencia y hemos conseguido obtener mucha información para en un futuro volver a la carga con este mismo objetivo".

Y finalmente, agradece a Simone Moro "la gran empatía y profesionalidad por parte de hacia mí durante estas semanas", al equipo de grabación "que ha estado en las buenas y en las malas al pie del cañón sin perder la motivación ningún día" y para terminar, a The North Face "por darme esta oportunidad de cumplir este sueño. MI SUEÑO". Con un mensaje final para le futuro: "Te caes, te levantas, seguiremos luchando por este sueño".

Simone Moro: "Elegimos sabiamente"

"La grandeza de la experiencia no se mide en metros conquistados, sino en las historias que volvemos a contar y las lecciones que nos enriquecen", explica Moro en su comunicado de fin de expedición. "Esta vez, la montaña nos enseñó una vez más una poderosa lección. Escalamos el Pumori al estilo alpino, subimos en 10 horas junto con Pemba y Daduk, quedando a menos de 100 metros de la cima. Pero la naturaleza, en su imprevisibilidad, nos enfrentó al peligro de avalanchas. Y en ese momento, elegimos la sabiduría. El descenso, a través de una ventisca y niebla en 7 horas, se convirtió en parte de nuestra historia y experiencia."

Finalmente tuvo unas palabras para Aymar: "Y como en cualquier gran aventura, también hubo reconocimientos, como el que tuvimos con Aymar Navarro en una montaña que, este año, no resultó favorable. La suerte no estuvo de nuestro lado, pero eso es lo que hace del montañismo un arte: saber escuchar, saber esperar y saber intentarlo de nuevo".