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“Ninguna crema solar protege el Océano”

En el marco de la campaña Healthy, Surfrider Foundation Europe ha estudiado el impacto de los productos de protección solar y hace unas recomedaciones.

Dedos aplicando crema solar en un hombro.
Surfrider Europe

Cada año se vierten 25.000 toneladas de productos de protección solar en medios acuáticos en todo el mundo. Hasta una cuarta parte del producto aplicado sobre la piel se diluye en el agua en 20 minutos. Todo ello afecta de manera directa (reproducción, crecimiento, mortalidad...) o indirecta (biodiversidad) a muchas especies; y se calcula que el 10% de los arrecifes de coral están amenazados por los filtros solares.

En este contexto de preocupación, desde Surfrider Foundation Europe han estado estudiando dicho impacto de los productos de protección solar y han comunicado una serie de recomendaciones para reducir dicha contaminación.

Consejos para reducir contaminación

Lo primero que explican es que "ninguna crema protege el Océano". Es decir, aunque tengan etiqueta, tienen impacto, "no protegen", sino que contribuyen a varios tipos de contaminación "química, bactereológica, por residuos, exceso de nutrientes, sedimentos...". Pero a pesar de todo esto, tienen algunos consejos para reducir dicha contaminación.

El primero es favorecer la compra de productos solares con etiquetas ecológicas reconocidas (como la Etiqueta ecológica europea) que excluyan los filtros UV y los ingredientes más controvertidos: benzofenona-3, octocrileno, homosalato, octinoxato. Y además, tal y como recomienda la OMS, evitar la exposición entre las 12 y las 16 horas; llevar ropa holgada y ligera, de agua, accesorios como sombrillas, sombreros y gafas de sol; y realizar las actividades acuáticas por la mañana o al final del día.

Peticiones a actores públicos y fabricantes

Además, Surfrider también hace peticiones a los actores públicos: prohibir la venta y el uso de los protectores solares que contengan sustancias controvertidas, la sustancias químicas eternas, hacer etiquetas más transparentes y fáciles de leer y aplicar el principio de precaución.

Por último, tienen unas peticiones para los fabricantes: eliminar de sus fórmulas los ingredientes químicos cuya inocuidad para la salud y el medio ambiente, en particular los corales, no haya sido demostrada; y poner fin al uso de etiquetas no controladas de forma independiente.