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SURF

Una ola de 10 metros acaba con el jet ski de Kai Lenny

Ni los mejores surfistas del mundo se libran de las garras de olas gigantes como la de Jaws. Que se lo digan a Kai Lenny y a su moto de agua.

Actualizado a
Kai Lenny escapando de su jet ski en las rocas de Jaws (Pe'ahi, Maui, Hawái).
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No ha sido la temporada más espectacular de la historia en cuanto a olas gigantes. Seguramente, lo más destacable que quedará del otoño-invierno 2022-2023 es la épica edición del Eddie Aikau, pero poco más. En este contexto, sin embargo, Kai Lenny ha seguido publicando vídeos de sus sesiones de surf de olas grandes y ha conseguido enganchar al público a la pantalla una vez más. No en vano, acaba de estrenar la tercera temporada de su webserie, Life of Kai.

En una de sus últimas aventuras, que todavía no forma parte de dichos capítulos -pero seguro que lo hará si hay una próxima temporada- pero que ya está corriendo como la pólvora entre la comunidad surfera, Kai Lenny ha visto cómo su jet ski moría entre las rocas en las que acaban las olas gigantes de Jaws, en Pe'ahi, Maui, Hawái. O en otras palabras, su big wave spot local, que se conoce como la palma de su mano.

Ocurrió en una de sus últimas sesiones en tow-in (surf con la ayuda de un jet ski para coger la ola). El waterman hawaiano pilló algunas bombas durante el baño antes de sufrir un duro wipeout. Acudió en su rescate Polo, uno de los jet ski que estaban en la sesión. Como pasa a veces en olas grandes debido al estado del mar, cuando Lenny ya estaba agarrado a la moto, esta empezó a rugir pero sin tracción, con lo cual la ola se les acabó echando encima y les hizo saltar por los aires a los dos: "Escuché el motor, sin tracción, llegó la ola y nos lanzó por los aires, nos mandó a Oblivion".

Entonces acudió otro jet ski, que pudo salvar a Lenny de acabar en las rocas y este, a su vez, salvó a su tabla de surf “de la suerte” del trágico final del que no pudo escapar el primer jet ski. “Es devastador ver algo que cuidas con tanto cariño y que quieres tanto, como el jet ski, destruido contra las rocas. Cuando llegué ya estaba ko. Intenté arrancarlo pero no funcionaba. Tuve que abandonarlo y esperar que el helicóptero se lo pudiera llevar antes de que fuera de noche. Si pasaba la noche allí, se iba a romper en mil pedazos”. Por suerte, el helicóptero -con su ayuda en tierra- pudo llevárselo. Tendrá que pasar por el taller... Todo sea eso.