"Los tiburones blancos no están acostumbrados a que naden hacia ellos"
El prestigioso fotógrafo Michael Muller explica que el secreto para grabar imágenes espectaculares del gran depredador marino sin tener problemas.
Michael Muller puede presumir de ser el autor de retratos de Brad Pitt o Scarlett Johansson, de portadas de Vanity Fair o National Geographic, de carteles de Spiderman o Avengers... y también de grabar imágenes submarinas como pocos son capaces de obtener. Este snowboarder y buceador del norte de California acaba de publicar un vídeo inmersivo 360 de Realidad Virtual para las gafas Oculus VR llamado Into the Now en el que, por 4,50 dólares, puedes estar junto a un tiburón ballena embarazado, unos cuantos tiburones martillo o frente a un tiburón blanco, entre otras cosas.
Para conseguirlo, explica "como no podía llevar al tiburón blanco al estudio, tuve que llevar el estudio al tiburón blanco". A su habitat natural, el mar. Sin la protección de una jaula, "para mostrar a la gente que no son máquinas de mater sin sentido. 5 personas mueren al año en todo el mundo por ataque de tiburón, mientras nosotros matamos a 100 millones. Sí, 100 millones al año", reivindica Muller.
El truco para grabar Into the Now con múltiples cámaras y tiburones a su alrededor asegura que es "el respeto". Porque "los animales requieren de reverencias en todo momento, cuando dejas pasar un poco de ego puede que sea tu último minuto con vida". Respeto no significa miedo. Además, es imposible huir de un tiburón en el mar. Por ello, explica que a nivel práctico, para evitar tener problemas con el gran depredador marino, lo que hay que hacer es mantener contacto visual y nadar hacia ellos: "Cuando vienen hacia ti te tienes que girar y nadar hacia ellos. Piensa que todo en el océano se aleja de este animal. Todo. En el momento en el que nadas hacia él es algo a lo que no están acostumbrados. Nadie les toca. Dales un pellizco y desaparecerán".
Así lo pudo vivir en primera persona durante una de las grabaciones de imágenes y lo explica en un podcast: "Nos venían dos tiburones hacia nosotros. Uno para cada uno. Pensé que no tenía elección, que si me quedaba quieto estaba muerto, así que puse en práctica lo que me habían dicho". Y funcionó.