"La gente habla de la luz al final del túnel y yo siento que estuve en esa situación ese día. Pero alguien decidió que no era mi momento", explica Tommo, el protagonista de esta historia, para empezar un vídeo en el que habla de su terrible accidente en las vías del tren. El rider de MTB chocó levemente con una roca en un descenso, los pies se le salieron de los pedales e intentó frenar, pero fue imposible por el barro (había llovido). Así, llegó al gap de las vías del tren en una situación pésima y, en lugar de pasar al otro lado del salto acabó estampándose en las vías.

"Recuerdo abrir los ojos, ver a médicos y bomberos... y volver a cerrarlos para dormir. Lo siguiente ya era en el hospital de Vancouver, con la cara de un elefante y mucha tornillería en la pierna", relata después. Entonces, empezó a llorar, a llorar mucho.

Tommo asegura que pasó hasta 6 semanas en el hospital, recuperándose de tobillo, tibia, fémur, la cara y de la sangre que tenía por todas partes en el momento del accidente. De hecho, cuenta que seguramente un amigo le salvó la vida parándole una hemorrágia en el cuello con su propia camiseta.

Luego viene todo el proceso de recuperación. Por un lado el físico, de todas las lesiones. Le llegaron incluso a decir que no podría andar. Pero por el otro, del mental. "Mi cabeza también estaba en la cama", asegura. Aunque hubo un encuentro en el hospital que le hizo tirar adelante, lo cierto es que evitaba todo lo que empeoraba su situación, dejaba de ver a gente, cada noche soñaba con esa vía del tren. Al final le acabaron diagnosticando Trastorno de estrés Postraumático (TEPT).

Todo esto empezó el 2019 en un paraíso del MTB como es Whistler (Canadá), que para Tommo acabó convirtiéndose en un infierno. Tres años después, en 2022, el protagonista y sus amigos vuelven a visitar la escena y confiesan sus sensaciones para acabar, afortunadamente, con imágenes de riding y un mensaje positivo.