En Waimea Bay, Hawái, rompe una de las olas más grandes del mundo, objetivo de los surfistas más experimentados. Aunque últimamente, como tantas otras olas tipo Pipeline, también de los que no tienen tanta experiencia pero creen que pueden surfearla. Con lo cual es más fácil que se produzcan accidentes. El problema es que no solo afectan al sujeto que no debería estar allí, sino que puede acabar en drama para un tercero.

El último caso es el del legendario Chris Owens, quien este martes 3 de enero salió de casa para una sesión de surf de olas grandes en Waimea Bay y acabó en el hospital sin haber hecho nada mal. Sin ni tan siquiere cometer un error. Fue por la temeridad de un tercero. En concreto, de dos. Cuando fue a realizar el drop se encontró con un surfista flotando delante suyo y otro que le robaba la ola (estaba más lejos del pico), dejándole sin margen de maniobra para escapar.

La escena la capturó en una secuencia de fotos Jay F Kerns, quien añadía el siguiente copy: "Le deseo a Chris Owens una pronta recuperación. No suelo hacer comentarios sobre este circo sin ley, pero esto fue un sinsentido. Ni siquiera trató de girar el otro surfista...".

En este mismo post hay muchas respuestas de surfistas criticando que la gente no sea consciente de sus propios límites. Por ejemplo el socorrista y surfista local Joey "Kahana" Cadiz: "Basta ya de esta mierda. Vamos a enviar a la playa a quien no deba estar aquí". Y precisamente el propio Cadiz posteaba en su propio perfil al cabo de unos horas que se avecinan cambios: "Basta de surfistas que se compran una gun y piensan que pueden surfear Waimea. Personas que apenas saben nadar, que dependen de sus tablas, de flotar, de la suerte. Se acabó. Yo entreno en las peores situaciones y estoy listo para ellas, pero no es por ellos que salgo ahí afuera. Párate un momento, piensa en tus habilidades, tu entrenamiento, preparación y cuidados antes de ir a surfear".

Todavía no se sabe de qué van esos cambios. Mientras, y visto el enfado que hay en redes, quién sabe si volverán los controles “locales” en los que cuando esto ocurría había represalias por parte de los propios surfistas de la zona.