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SURF

“Soy Laura Coviella, tengo 23 años y soy surfista de olas grandes”

La surfista tinerfeña publica Breath, un corto en el que explica los altibajos por los que ha pasado durante meses por una lesión que le apartó del surf.

La surfista Laura Coviella vestida de calle mirando hacia abajo en la isla de Tenerife (Islas Canarias, España).
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Laura Coviella nació en Tenerife y creció explorando cada playa de esta isla atlántica, rodeada de viento y olas. En verano, entre las olas gigantes de Puerto Escondido (México), sufrió una fractura de peroné. “Me hicieron un mala valoración y me la diagnosticaron 2 meses después, así que hice la recuperación inadecuada y todo se alargó a 5 meses sin surfing. Desde que empecé a surfear nunca había estado tanto tiempo fuera del agua”, explica para abrir su nuevo vídeo, Breath, de Mehdi Allam.

La surfista tinerfeña explica cómo encaró la recuperación a partir de entonces. Con estiramientos en un sitio especializado, con preparación física en su centro deportivo (fuerza, equilibrio, estabilidad y resistencia) y con algo nuevo para ella, la apnea. "Fue una vía de escape de la depre. Hicimos entrenos dinámicos (situaciones estresantes que te llevan al límite), de profundidad, de movimiento y estáticos. A cada sesión hacía récord", señala mientras muestra un reloj con los más de 4 minutos que había aguantado la respiración. Con todo, asegura que "quería volver fuerte y entrené tanto que volví más en forma que nunca".

Al final, reconoce que "ser una surfista de olas grandes significa estar preparada para todo: pasar tanto tiempo bajo el agua que puedes perder la conciencia o ahogarte; o comer series hasta que te rescaten". Con todo, "pasé un verano superdivertido con amigos y familia, que con tantos viajes les veía poco". El problema fue cuando se acabó el verano. Seguía con molestias y quería estar al 100% para el invierno. Fue entonces cuando pasó por más "altibajos" hasta que, tras 5 meses, pudo volver al agua.

No fue fácil tampoco: "Tuve muchos baños frustrados, por limitación física y mental, no me atrevía, pero mejoré rápido". Eso sí, las olas grandes todavía le daban miedo. Más bajones cuando había swell XL. Al final del invierno, en la últim gran marejada de la temporada,se metió en el agua. "Tenía miedo de tener miedo. No sabía cómo iba a reaccionar cuando viera una montaña gigante encima mío. Al final cogí un par de bombas, otro par me cogieron a mí... y fue suficiente para saber que quería más".

Ese más llegó también de la mano de Volcom, que le permite desde entonces vivir de freesurfer. En días de olas grandes, en días de olas normales y hasta en competiciones, algo que había dejado de lado pero que tras un buen resultado volvió a considerar, tal y como comentaba también en su anterior vídeo, Tequila Blackout.