Stephanie Gilmore: “Sentí la presión de tener que lucir bien en bikini”
La heptacampeona del mundo de surf habla en una entrevista de la igualdad en el surfing y de cómo en sus inicios cobraba cuatro veces menos que los hombres.
“Lo había imaginado muchas veces y esta vez dije: hagámoslo”, afirma Stephanie Gilmore sobre el octavo título de campeona de la World Surf League logrado en septiembre en Lower Trestles (California, Estados Unidos). Ganó llegando desde abajo, en quinto lugar, y ganó: “Es jodidamente genial. No he ganado el título estando sentada en el agua contra la número uno del mundo. No hay muchas palabras que puedan describir lo que siento”.
Tres meses después, digerido ya el título que la convierte en GOAT del surf (ya tiene más que nadie), ha concedido una entrevista a Stellar Magazine en la que habla especialmente de la igualdad en el surfing. A sus 34 años, la australiana ha reconocido que "durante mis primeros ocho años en el tour, mis ganancias eran de unos 12.000 dólares, frente a 40.000 que ganaban los hombres por lo mismo. Pero no lo cuestioné, porque lo único que quería era surfear".
Sin embargo, vio que la industria el surf "puede ser un lugar difícil para las mujeres, en el cual es fácil sentirse intimidada". Explica, por ejemplo, que "como surfista prometedora, hubo momentos en los que sentí la presión de tener que lucir bien en bikini y de tener esa vibra de chica sexy de playa". Sin embargo, con el tiempo y "viendo a otras atletas como Serena Williams, tan feroces como femeninas" asegura que se ha dado cuenta de que "lo divertido es abrazar ambos lados".
Con todo, Stephanie Gilmore espera convertirse en uno de los factores que ayuden a cambiar todo esto: “Nunca me motivó el dinero. Pero ser un líder es más que sostener un trofeo. Es por ello que me acabé involucrando en los temas de igualdad”. Por el momento, su generación ha conseguido que los premios profesionales de la WSL sean los mismos para hombres que para mujeres e incluso que se compita en las mismas olas. Queda camino por recorrer, como la mencionada presión por lucir bien en bikini, pero también premios en eventos menores e incluso contratos profesionales de patrocinadores privados. Ella está dispuesto a recorrerlo.