Combinando la arquitectura neoclásica de los años 40 y del siglo XIX, esta sala se convirtió posteriormente en la Biblioteca del Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual. En pleno corazón de París, en el 26 bis de la rue de Saint-Petersbourg, entre Sain-Lazare y Place de Clichy, no es ahora ninguna de estas dos cosas, sino unas instalaciones para la escalada construidas por la gente de Climbing District. Así era antes de la construcción del rocódromo...

El proyecto para su construcción ha durado 6 meses y ha combinado hasta 12 oficios que se han unido para crear la estructura de acero, de 22 toneladas, que soporta una capa de madera de 8 toneladas y 13 metros de altura por la cual escalar. Todo ello descansa en 4 pilares de hormigón que se hunden dos metros y medio en el suelo.

Lo que lo convierte en especial, además del entorno de la iglesia en sí, es que es la primera sala en la que se puede escalar de manera totalmente autónoma. Gracias a los equipos de seguridad automáticos, no se requiere de pareja, lo único de lo que hay que preocuparse es de vestirse adecuadamente con el material. No es un concepto innovador porque existe desde hace años, pero sí lo es que sea una sala 100% así. Así ha quedado la sala tras la intervención de Climbing District:

Climbing District Saint-Lazare es también club social, de actividades culturales, bar, coworking, espacio climatizado, con duchas individuales, baño, sauna, venta y reparación de material, mercado bio y reparación de bicicletas. Y se une a la red de rocódramos parisinos de Climbing District, ya en Batignolles y Buttes-Chaumont (ambos destinados al boulder), que prevé dos aperturas más para 2023 en Neuilly y París. No sabemos si en sitios tan inusuales...