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AVENTURA

Se vende Little Ragged Island, una isla desierta de las Bahamas

Sotheby's pone a la venta la isla más grande y más al sur del archipiélago, ideal para la aventura, por el módico precio de 14 millones de dólares.

St. Andrew's, Little Raged Island, Bahamas
Luxury Real Estate

En As Acción nos gusta soñar. Así, siempre que se pone a la venta alguna casa en un paraíso del surf, de la nieve, con algún skatepark en el interior o de algún famoso deportista extremo, por citar algunas características que son un "must", cotilleamos. También, como ocurre en el caso de St. Andrew's, cuando se trata de la venta de un paraíso natural con múltiples opciones para deportes como el buceo, el kitesurf o el kayak, entre muchos otros.

El caso es que Sotheby's ha puesto a la venta por 14,2 millones de dólares una isla de casi 300 hectáreas -digamos que podría tener hasta un campo completo de golf de 18 hoyos- ubicada en el archipiélago de las Bahamas. En concreto es la mayor isla a la venta de la zona y la que está ubicada más al sur, cerrando una serie de islas que tienen unos 160 kilómetros de largo.

El terreno son solamente colinas arenosas (de máximo 15 metros de altura) y una costa escarpada. Sus aguas, calientes, tranquilas y caribeñas, son un paraíso natural del snorkel, el buceo o la pesca con mosca, entre otros deportes. Y es que abundan especies como los meros, pargos, barracudas o atunes, entre otros. Además, el lado este tiene acceso a aguas más profundas que permiten a barcos pesados atracar. Habría que ver también si tiene olas y qué tal va de viento para acabar de saber si va bien para el kayak, el surf, el windsurf, el kitesurf o los deportes de moda, el wing foil y el wakesurf.

Otras características que la hacen única para la aventura es que tiene agua potable de manantial por toda la isla o que suelen visitarla los flamencos. Además, en cuanto a conexiones, está a tan solo 5 millas de Duncan Town (un pequeño asentamiento con aeropuerto) y puede tener su propia pista de aterrizaje para aviones privados. No hay nada construido, así que una vez invertidos los 14 millones, vía libre para la imaginación en cuanto a qué construir allí.