Un grupo de 7 ciclistas montó este fin de semana una salida en MTB por la zona de Maine y Loira. Hasta aquí no sería noticia porque como este ha habido miles de grupos con un plan parecido para este domingo 23 de octubre. Pero el grupo que salió por el Valle del Loira tuvo un desagradable incidente que recordarán siempre. Y es que en pleno recorrido se vieron sorprendidos por unos escopetazos que, por desgracia, alcanzaron a tres miembros del grupo.

Nada más recibir los perdigonazos, el grupo se bajó de sus bicis de montaña y se fueron a buscar al autor de los disparos. Encontraron a un cazador al cual, tras echarle la bronca, les explicó que estaba intentando cazar una perdiz que estaba entre él y el grupo de ciclistas. No se sabe si cazó la perdiz, pero sí que impactó en el casco de dos de los pilotos de MTB y en las costillas de otro.

En los vídeos se puede ver tanto la bronca con el cazador como los perdigonazos recibidos. También como el cazador reconocía los hechos y pedía disculpas a los ciclistas, que se lo podrían haber tomado bastante peor.

No fue un hecho aislado, ya que es época de caza y también sigue le buen tiempo para el Mountain Bike. Este mismo fin de semana, otro ciclista francés recibió el impacto de un perdigón en Châteaubourg. Cuando llegó a casa, aconsejado por amigos y familiares, llamó a los servicios de emergencia para que evaluaran su estado.

Ambos hechos fueron denunciados por el colectivo "Un jour un chasseur", creado por un grupo de amigos de Morgan Keane, un joven de 25 años que murió en diciembre del 2020 tras recibir un balazo por parte de un cazador. Estaba cortando leña en sus propios terrenos y un cazador le confundió con un jabalí. Este colectivo, de hecho, dice que en los últimos 20 años ha habido más de 400 muertes relacionadas con la caza.

Por cierto, para curiosos: en España la ley establece que tiene que haber 50 metros entre el cazador y las carreteras o caminos de uso público para poder disparar.