En el mes de febrero, cuando empezó la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las tropas del Kremlin se fijaron en la capital del país como uno de sus objetivos. Así, mandaron muchas tropas hacia dicha ciudad por carretera. En una de las poblaciones que hay en ese camino, a 40 kilómetros de la capital, vive Andrii Pokrasa, un joven skater de 15 años que ayudó a detener su avance.

La historia se remonta al verano pasado, cuando Pokrasa se compró un dron con sus ahorros y se puso a practicar a diario por los alrededores de su casa. "Tengo miedo a las alturas, pero me encanta volar, me gusta sacar fotos desde el aire", explica a Global News. Con la mencionada experiencia, cuando las fuerzas militares ucranianas hicieron un llamamiento de ayuda en Facebook a gente que tuviera drones para que fueran sus ojos, no dudó en alistarse como voluntario.

El comandante de la sección de reconocimiento no tripulado del ejército de Ucrania, Yuri Kasjanov, explica al medio canadiense que Pokrasa "era el único con experiencia en drones en esa región", así que le pidieron ayuda para localizar a un convoy que se acercaba por la carretera de Zhytomyr, a unos dos kilómetros. Necesitaban fotos y las coordenadas exactas. De noche y junto a su padre -y con su madre sufriendo mucho- se adentraron en el bosque y echaron el dron a volar, consiguiendo la información que les habían pedido "porque uno de los camiones encendió las luces durante mucho tiempo". La artillería ucraniana se acercó al convoy por la carretera de Berezivka y lo neutralizaron.

Tras esta gesta, Andrii Pokrasa y su familia se fueron a vivir a Polonia, pero ahora que las tropas rusas han desaparecido de la región para centrarse en el este de Ucrania, han vuelto a su casa y han explicado su historia a los medios. El joven skater de 15 años, en palabrias del propio Kasjanov, ya está considerado como "un héroe nacional" y, en compensación por ello, los militares le han entregado al adolescente los controles de un dron de alta calidad y de mayor alcance.

El joven héroe, sin embargo, reconoce también que "estoy contento de haber ayudado, pero en esos vehículos iban personas, aunque fueran invasores rusos, eran personas al fin y al cabo, me cuesta explicar cómo me siento sobre eso".