Javi Lliso: "Me reventó el móvil tras el diploma olímpico"
El freeskier madrileño repasa cómo le ha ido una temporada cuyo punto álgido fue el 6º lugar en el Big Air de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022.
Javi Lliso (Madrid, 1997) es un nombre que esta temporada de nieve ha estado en boca de todos en España. Su 6º puesto en el Big Air de Freeski de los Juegos Olímpicos tiene la culpa. Y eso que la temporada no empezó precisamente bien, pero ha acabado por todo lo alto. Hablamos con él para saber cómo lo ha vivido.
Javi, no me la juego mucho si digo que el mejor momento de la temporada ha sido la 6ª plaza en los Juegos Olímpicos de Pekín. ¿Es así?¿Te lo esperabas?
Sí, seguro. Sabía que podía llegar a las posiciones de finalista. Antes de empezar la competición hablaba con mi hermano y me preguntó, sinceramente, cómo me veía: le dije que podía estar entre el 4º y el 8º. Igual podría haber ido incluso mejor, pero hubiera sido pasando mis límites, algo que intenté en la primera ronda de la final, no salió bien y volví al plan que llevaba.
¿Cuál era la clave del plan?
La tranquilidad. Para unos Juegos Olímpicos te escriben por redes cada día, te entrevistan, tienes compromisos... se te puede ir la cabeza. En noviembre tuve una conversación Mati, el fisio de la selección española, me dijo "en los JJOO ten cuidado con los medios, que no se te vaya la pinza". Se me quedó grabado e intenté tomármelo como si fuera cualquier otra competición. Salió bien.
¿Qué le ocurre a alguien cuando acaba 6º en unas olimpiadas?
Voy a poner un ejemplo que lo explica bastante bien: nada más terminar la competición llegué a la Villa, conecté el móvil y se bloqueó. Había reventado de los mensajes que estaban llegando: llamadas de todo el mundo, gente incluso que hacía mucho que no sabía nada y me sorprendió, otros esquiadores, incluso ídolos míos de toda la vida. Fue brutal.
También tuviste tiempo para mander mensajes tú. En Eurosport te vimos emocionar a Maria Hidalgo.
Con Maria tengo una relación muy estrecha, somos muy amigos desde hace años. Al final conocemos muy bien lo que hacemos el uno y le otro, es muy fácil hablar entre nosotros, nos ayudamos mucho. Es como la hermana que no tengo.
Tras el 6º en Big Air llegó el Slopestyle. Te quedas a las puertas de la final. ¿Con qué sensación te vas?
Un poco cabizbajo, la verdad. Tenía una ronda bastante buena que me metía seguro en la final, pero cometí dos fallos. Uno más pequeño y otro no tanto. Así me quedé el 14º. Entraban 12. Fue un baño de realidad. Bajé de la nube.
En cualquier caso luego vas y rematas la temporada en la Copa del Mundo. ¿Crees que fue gracias a que te quitaste toda la presión en los Juegos?
Sin duda. La sensación que tenía para las últimas pruebas es que mi temporada había terminado, que lo gordo ya había pasado. Estaba con mentalidad de que lo que pasara después me daba igual: si me caía de pie bien y si no, también, ya había hecho lo que tenía que hacer. Ir tan tranquilo me fue muy bien.
Con todo, ¿qué nota le pones a tu temporada?
Un 8. Es una nota alta, pero puede serlo más. Por un lado tuve una luxación en el pulgar (una imagen nada bonita de ver) nada más empezarla, me caí de culo en todas las competiciones, fui a eventos como el Dew Tour y me fue mal. Pero por otro, luego vinieron los Juegos Olímpicos y el resultado en Big Air sube la nota, así como el 5º puesto de la Copa del Mundo en Silvaplana. Ha sido una temporada buenísima pero se puede mejorar.
¿Cuáles son tus próximos retos?
Ahora mismo mi prioridad es grabar un poco más. Tengo que seguir compitiendo porque es a lo que me dedico y lo que me da de comer, pero tengo muchas ganas de tirar adelante un proyecto con Borja Azurmendi del que ya hablaremos. Y el año que viene, campeonatos del Mundo en Georgia. Ahí tengo puesto el foco ahora.