Ahora que las estaciones están echando el cierre, los días de splitboard llegan a su fin y el síndrome de abstinencia empieza a afectar a nuestro humor. Aquí van 5 ideas para exprimir tus dotes de snowboard pese a la falta de nieve.

Dryslope

Como su propio nombre indica, se trata de una ladera sin nieve cubierta por un suelo sintético que hace posible deslizarse con tu tabla de snowboard sobre él.

Existen diferentes materiales y la tecnología en dry slope ha avanzado mucho en los últimos años, aunque todos comparten un hándicap bastante gordo, clavar los cantos resulta muy complicado. Es por esto, y por el coste del suelo sintético, que la gran mayoría de recintos de dry slope están orientados al freestyle siendo el Snowflex de Liberty Mountain el referente mundial en cuanto a este tipo de instalaciones.

Freeboarding

A medio camino entre el longboard y el snowboard, el freebord es el híbrido que mejor ha sabido acercarse a la sensación de deslizarse por la nieve. Con una rueda central en cada eje que tiene total libertad para rotar, ofrece un riding similar a cuando se pasa de un canto a otro, dos fijaciones ancladas a la tabla donde se encajan los pies, hacen el resto.

Forestboarding

Los bosques son siempre un terreno divertido por el que aventurarse cuando la temporada invernal está en su punto álgido. Esquivar árboles y buscar trazadas imposibles con un denso manto nivoso de aliado es sin duda un 'mustdo' cuando subimos a la montaña en temporada, pero ¿alguna vez te habías planteado hacerlo cuando no queda un centímetro de nieve?

Sandboarding

Un clásico que no todos tenemos a mano. Hablo del sandboarding, o lo que es lo mismo, deslizarse con una tabla sobre la arena. Esta modalidad lleva practicándose desde hace más de 30 años, pero como todo el mundo no tiene una duna debajo de su casa, es una disciplina que ha evolucionado muy lentamente. Si como en el vídeo cuentas con la ayuda de un MINI del Dakar, las posibilidades son infinitas.

Indoor Snowboard

Más que una alternativa, esta es la opción artificial para poder ripar cuando la nieve desaparece de nuestras montañas. En la Península tan solo contamos con el Madrid Snowzone, pero en Europa —y sobre todo en Reino Unido y Holanda— no son pocas las instalaciones bajo techo en las que se puede disfutar de la nieve los 365 días al año. Y si nieva en el exterior... hasta en el tejado.