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Organizan un campeonato de surf en una ola contaminada

Greenpeace monta un campeonato de surf llamado El Sacrificio "donde el peligro no estaba en la dificultad de la ola sino en la toxicidad del agua".

Un surfista con máscara para evitar la contaminación en la zona de Quintero-Puchuncaví (Chile), entre centrales carboneras.
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En el mundo del surf, a cada año que pasa se van descubriendo más olas en todo el mundo. Pero también es cierto que se van perdiendo otras tantas. Algunas es la propia naturaleza la que las borra del mapa, tal y como pasó con la zona de los Guirres y el volcán de La Palma. Otras veces, en cambio, es la acción del ser humano la que las hace desaparecer. Puede ser por una construcción como le podría pasar a Matoshinos (Portugal) o por la contaminación de alguna industria, como denuncia Greenpeace en Chile. En concreto, en la zona de Quintero - Puchuncaví, donde denuncian que las centrales carboneras han hecho insurfeables esas maravillosas olas.

Según cuenta la organización de defensa del medio ambiente, "en los años 70's, en la Bahía de Quintero, Lucho Tello e Isaac Tapia surfearon por primera vez en Chile. En una playa limpia, en medio de un paisaje hermoso. Hoy, casi 50 años después, la contaminación provocada por las industrias la convierten en una de las olas más peligrosas del mundo".

Para denunciarlo invitaron a un grupo de 10 surfistas a hacer lo que más les gusta: surfear. Al campeonato le llamaron El Sacrificio, ya que consistía en surfear unas olas que "están contaminadas con carbón, arsénico, azufre, petróleo y plomo; en un ambiente altamente peligroso que afecta a miles de habitantes de esta zona de sacrificio". Lo hacen equipados con máscaras y, fuera del agua, con trajes típicos para evitar la contaminación.

En palabras de los protagonistas del vídeo, denuncian que la temperatura del agua -caliente- no es normal por la zona en la que están, que les han quitado el trabajo y la salud, que llevan "832 varamientos de carbón en esta playa" y consideran "una fata de respeto" que existan estas "zonas de sacrificio", que no son más que "zonas donde el poder económico pesa más que le derecho a la vida de las personas".