El director de la película biográfica del "padre del snowboard" Jake Burton, Fernando Villena, no es snowboarder y tan solo conoció a Jake durante media hora. Aún y así ha sabido plasmar la historia de Jake y su amor y pasión por el snowboard con transparencia, emoción y sobre todo respeto a la comunidad snowboarder.

Su experiencia como editor le da a Villena la paciencia que necesita para trabajar con material de archivo y descubrir las piezas clave mientras captura imágenes que son esenciales para construir una historia plena.

A partir de hoy la esperada producción de Universal y Red Bull Media House sale a la luz en España. Dear Rider se puede comprar o alquilar en Amazon, iTunes, Google, Microsoft o Movistar TV. Lo hemos aprovechado para hablar con su director.

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Fernando, ¿cómo le das forma a la historia para que no solo vaya dirigida a los snowboarders sino al público en general?¿Cómo explicas la historia que va más allá de "Jake el snowboarder"?

El proyecto empezó mucho antes de que yo formara parte del mismo y con Jake todavía en vida. La intención era dirigir la película con la voz de Jake en la medida de lo posible, que él narrara. Así que lo escuchamos todo y lo primero que hicimos fue editar su voz, lo que se llama una edición de radio. Y luego creamos la película en torno a esa voz.

En cuanto a la estructura, las entrevistas se separaron en tres partes: su historia desde el nacimiento hasta esas decisiones que luego vimos que eran las importantes para él y para el snowboard; la parte del snowboard como deporte y cómo vivió su evolución más allá de Burton; y luego, con una al lado de la otra, la parte de los 90s, que es cuando su empresa crece, el deporte triunfa y él se está convirtiendo en padre. Las tres van en paralelo y se puede ver el contexto de cada una, con vídeos caseros como por ejemplo de cuando fue padre.

Con todo, es verdad que se han emocionado -y así nos lo han hecho saber- muchas personas que nunca se han interesado por el snowboard. Pero también trajo de vuelta a mucha gente que sí amó el snowboard en algún momento. Así ocurrió con su lanzamiento a través de HBO America. El snowboard es una gran comunidad.

Suelo ser bastante escéptica cuando se producen documentales de personas o sucesos fuertemente asociados a una marca, pero creo que Dear Rider demuestra una gran honestidad y transparencia en temas o momentos delicados de la historia de Burton. ¿Cómo afrontaste este reto como director?

Lo gracioso es que el deseo de Jake era hacer una película que no molestara al core. Pero, ¿qué significa eso? Lo interpreté como un aviso para no decir tonterías ni mentir porque el core lo descubriría. También que no podíamos contar solo un lado de la historia, el bonito. Así que conté lo que funcionó y lo que no, The Big B, la patente, pensar que le alpino era el futuro del deporte cuando claramente no lo ha sido... y la resiliencia en lo suyo, su amor por los riders y cómo y cuánto estaba dispuesto a cambiar de rumbo apra encontrar a la persona más inteligente de la sala y escucharla.

¿Te dieron directrices desde Burton para obviar o no partes de la historia?

Pues tenía mis dudas al respecto. Pensaba, ¿me van a decir que no hable de esto o de aquello? Pero rápidamente vi que no sería así. Ni una sola vez. Ni tan siquiera se insinuó. Solamente se aportaron historias y notas creativas, pero tuve libertad total.

Un buen ejemplo que me gusta mucho es la parte de la rivalidad entre Jake Burton y Tom Sims. Teníamos que mostrar a Sims y su marca como la fuerte y guay de California, como un adversario impresionante y digno que, de haber hecho un par de cosas diferentes, quizás estaríamos hablando de él y no de Burton. Y claro que parte de la intención de Jake era buena, pero también quería joder a Tom y fue a por él. Lo reconoció todo y fue muy consciente de ello.

Es una historia muy compleja y con muchos matices, ¿cómo afrentaste este reto?

Si no tienes miedo de algo es como que no lo estás haciendo. Y si confías en tu equipo, entonces ni siquiera da miedo. El caso es que teníamos un plan pero había mucho espacio para el descubrimiento. No sabías lo que ibas a encontrar en la siguiente caja de películas sin revelar que nadie había visto nunca. Pero sí sabías que podía cambiar tu visión o aportar nuevas informaciones que te obligaban a investigar un poco más. Cuando entendimos que era parte del proceso, dejó de ser aterrador y se volvió emocionante.

¿Cuál fue el mayor desafío?

Dirigir a Woody Harrelson (encargado de hacer la narración de la historia). Metí la pata en nuestra primera conversación, estaba totalmente deslumbrado por él como estrella de Hollywood. A Donna le pareció muy gracioso y ¡es una de sus historias favoritas!

Pero lo que de verdad fue un gran desafió fue no tener a Jake, fue muy difícil. Teníamos dos entrevistas vulnerables y profundas y realmente sorprendentes del final de su vida. Una era para NBC y la otro era para NPR. Para el show de Guy Ross, "I built this". Y esa es la primera entrevista que escuché. Al verla pensé "wow, este tío lleva el corazón en la mano". Pero no me había dado cuenta de que al principio no era necesariamente así, que se había convertido en esa persona. Si no hubiera sido por esas entrevistas... hacer esta película hubiera sido muy difícil.

¿Cuál es tu parte favorita de todo el documental?

Cuando él se está recuperando del cáncer y dice a través de Woody Harrelson "Dear rider, lo importante es divertirse el máximo posible". Es algo muy simple, pero de la manera que aterriza en el momento de la historia creo que funciona muy bien.

¿Cuál es la reacción de la esposa de Jake, Donna Carpenter, durante este proceso?

Donna es tan genuina... siempre decía "tienes libertad al 100%". Eso es realmente genial. Cuando vio la película por primera vez nos envió un mensaje en el que nos explicaba que la vio de principio a fin y luego volvió a empezar. Sola. Nos dijo que sintió como si Jake estuviera con ella y nos sentimos muy bien porque eso lo es todo.

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¿Qué es lo que te llevas de este proyecto?

Pasión. Realmente admiro y creo en su necesidad de vivir una vida apasionada. Y la forma en que lo articuló: es decir, no solo en palabras, sino en la acción. Es un gran ejemplo a seguir de que todo es muy rápido, de que la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos y hay que aprovecharla al máximo en busca de emociones que te despierten todas la mañanas. Esa es una gran lección que me llevo.

¿Y, ya has aprendido a hacer snowboard?

¡Sí! ¡Y estoy mejorando mucho!