La ola más peligrosa del mundo casi mata a un prodigio del surf
Pipeline, la ola que tiene el honor de ser la más famosa y la más peligrosa dle mundo, se comió a Eli Hanneman y le envió directamente contra su arrecife.
Eli Hanneman es un joven surfista de 19 años que está, sin duda, entre los mejores del mundo. No en vano, en As Acción le seguimos desde que tenía 14 y hemos podido seguir su evolución con vídeos como Muse 3. Y esta semana casi hay que lamentar su muerte, puesto que ni los mejores del mundo se libran de las garras de olas como Pipeline.
El surfista de Maui (Hawái) estaba surfeando en la famosa ola del North Shore hawaiano, considerada como la más peligrosa del mundo principalmente por la escasa distancia de su arrecife con la superficie. En un momento dado se metió en una sección de un tubo de la que no pudo salir, el labio le agarró y le envió directamente contra el coral. El vídeo con la secuencia de la caída es el siguiente:
Un error como el de Hanneman en Pipeline se paga caro. En su caso, con el pancreas perforado, una conmoción cerebral, 8 puntos en la cabeza, 6 en la barbilla y contusiones y laceraciones por todo el cuerpo, de los pies a la cabeza. Y evidentemente, con una hospitalización. Aunque puede considerarse afortunado de contar con la ayuda de surfista como Brodi Sale o el equipo de socorristas del North Shore, así como el equipo de doctores del centro médico, que fueron quienes evitaron males mayores. Así lo explicaba el propio surfista en Instagram:
"¡Gracias a Dios! Tuve una mala caída el otro día en Pipeline que me llevó directo al hospital. Me dejó hecho polvo, pero creo que Dios se ha apiadado de mí. Nunca podré agradecer lo suficiente a Brodi Sale y North Shore Lifeguard Association por salvarme la vida. Sois la razón por la que sigo vivo. No me acuerdo mucho de lo que ocurrió pero si me olvido de mencionar a alguien decídmelo porque quiero mostraros mi gratitud. Estoy bastante drogado en este momento, así que puedo sonar raro, pero estoy muy contento de estar vivo.
Lo cierto es que las heridas en la cabeza son siempre un problema que hay que mantener en observación, pero parece que le mayor daño me lo provocó la tabla de surf. Bajo el agua me golpeó muy fuerte en lo alto del abdomen produciendo una laceración del pancreas, lo que me producía mucho dolor en el estómago. Afortunadamente, los médicos vieron que no necesitaba cirugía y que lo podían arreglar desde el estómago.
Gracias por todos los mensajes de apoyo de estos días. No puedo contar las muetras de apoyo que he recibido. No pude comer o beber durante dos días y finalmente hoy he ingerido algún líquido. Mi pareja, mi madre y mi padre lo dejaron todo para estar conmigo. La vida es maravillosa, tengo suerte de estar vivo y ahora veo la vida diferente, desde una perspectiva más saludable".