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"El tiburón que casi me mata me ha dado un propósito en la vida"

Mike Coots es surfista, fotógrafo, superviviente a un ataque de tiburón (que le hizo perder una pierna) y un conocido defensor de tiburones.

El surfista y buceador Mike Coots fotografiando un tiburón en el fondo del mar.
Instagram@goodshark

El programa GoPro for a Cause apoya aquellos proyectos de protección del planeta y de sus habitantes. El año pasado colaboró en la grabación de un documental de Ocean Souls con imágenes inéditas de los cetáceos (o mamíferos marinos). En esta ocasión, el apoyo lo recibe Challenged Athletes Foundation, una organización que se encarga de empoderar a miles de personas en todo el mundo a través del deporte, facilitándoles el equipamiento necesario -prótesis básicamente- para que no tengan que dejar de lado su pasión tras cualquier accidente como el de Mike Coots.

Coots es un surfista y fotógrafo que cuando tenía 18 años sufrió el ataque de un tiburón tigre mientras surfeaba en su isla natal, Kauai (Hawái, Estados Unidos). Así relata el incidente en el vídeo:

"Era una mañana como culaquier otra. Mis amigos y yo nos levantamos pronto, nos fuimos a la playa para surfear hasta el mediodía. Cuando llevaba 5 minutos de sesión de surf, un tiburón tigre emergió de la nada y me mordió en la pierna. El instinto de supervivencia me hizo darle dos puñetezos con mi mano izquierda en la nariz, se soltó y pude volver a mi tabla. Empecé a remar tan rápido como pude hacia la orilla. Miré por encima del hombro para ver qué tenía detrás y era mi pierna derecha cortada. Pensé que podía morir, pero no tenía miedo y afortunadamente una pequeña ola me acabó de llevar hacia la playa. Mis amigos vinieron, me hicieron un torniquete con el invento para detener la hemorragia. Estuve 3 semanas en cama. Y tan buen punto el doctor dijo que podía volver al agua porque ya no había riesgo de infección, volvía a surfear".

Coots también habla sobre su trabajo:

"Hollywood ha atribuido un papel que interesa vender sobre los tiburones. Y como no aprendes a querer algo a menos que lo encuentres bonito... eso es lo que intento hacer con mis fotos y vídeos: mostrar la otra cara de los tiburones. La magia que desprenden es algo que no se puede describir. Es difícil enseñarla, pero cuando lo consigo me gusta mucho compartirlo.

La verdad es que me gusta retratar a los tiburones porque es un auténtico reto. Se mueven rápido, son escurridizos, técnicamente difíciles... y preciosos. Lo primero que ves bajo el agua cuando se te acerca un tiburón es lo bonitos y azules que son sus ojos. Y a medida que se te acercan y te repasan con la mirada te das cuenta de que hay mucho más que dientes afilados. Son muy listos, muy bonitos y necesarios para el ecosistema marino".